FOTO: Ana Sara Lafuente (porCausa)
Gabriel García Márquez tuvo suerte. Si durante la etapa de penurias económicas que supuso el proceso de escritura de su obra literaria más universal, ‘Cien años de soledad’, alguien hubiese preguntado al Premio Nobel colombiano si tanto esfuerzo le iba a merecer la pena, probablemente dijese que sí porque estaba en plena lucha por vivir como escritor y tocaba confiar en su propio talento, pero internamente puede que se estuviese fustigando por no saber a ciencia cierta si el libro lo iban a leer tan sólo unas decenas de personas y poco más. Pero la historia de la literatura fue justa con él y ya sabemos todos lo que pasó después de la publicación de las primeras ediciones.
En comparación con los escritores o periodistas que andaban por ahí haciendo callo en los dedos para escribir y sacar historias interesantes que les permitiesen ganarse el pan, Gabo fue un afortunado de su tiempo por conseguir que le publicasen y comenzaran a difundir la historia de la familia Buendía. Aunque todavía nadie conoce la fórmula mágica que haga que ‘Cien años de soledad’ o que cualquier otro libro o artículo periodístico sea leído por cientos, miles o millones de personas, existen algunas técnicas que aseguran un cierto porcentaje de éxito de público en el océano azul de internet.
La periodista Delia Rodríguez es una de las profesionales de la comunicación que mejor conoce cómo conseguir que una historia se convierta en viral y se lea y se comparta masivamente en las redes sociales. La autora de ‘Memecracia: los virales que nos gobiernan’ (Gestión 2000), un análisis imprescindible del fenómeno que hoy invade las redes sociales y el periodismo, impartió ayer miércoles el segundo taller de formaciones de la Fundación porCausa, ‘¿Cómo hacer viral una historia? Lo que sabemos y lo que no sabemos’.
La mayoría de los que tuvimos la suerte de asistir a la master class de la actual directora de Verne, la web que lanzó El País en septiembre de 2014 para crear historias con el objetivo de ser compartidas, éramos periodistas y profesionales sumergidos, de una forma u otra, en la comunicación del tercer sector interesados en conocer los códigos y patrones que pueden hacer que un artículo duro, denso, pero necesario e importante para la sociedad, sobre hambrunas, catástrofes naturales, guerras o crisis humanitarias, consigan llegar al mayor número de usuarios mediante el contagio.
A continuación, exponemos las tres claves para viralizar historias del tercer sector, según Delia Rodríguez.
1. “Hay que quitarse de la cabeza la idea preconcebida de que los temas duros no son virales. La gente comparte historias con los demás que les hacen sentirse bien consigo mismos y contenidos que creen que a los demás les va a hacer mejores”.
Un ejemplo de ello fue el fenómeno viral y polémico vídeo de Kony 2012, documental producido por la ONG, Invisible Children, para mostrar al mundo las atrocidades cometidas en Uganda y en la República Centroafricana durante años por Joseph Kony, líder del Ejército de Resistencia del Señor (LRA son sus siglas en inglés). Según Delia Rodríguez, sus más de cien millones de visitas en Youtube le otorgan la etiqueta del primer gran triunfo de la proganda memética. El vídeo ayudó a dar relevancia internacional la problemática, aunque no trataba de forma fidedigna y completa el conflicto en la región.
2. “Se pueden utilizar las técnicas clásicas de viralidad con mesura y buen criterio. La primera, es despertar emociones intensas y activadoras en los usuarios. Es cierto que los usuarios son más susceptibles de consumir historias cuando están cabreados, indignados, aterrorizados… Y, la segunda, es crear un contenido que nos haga pensar en los demás”.
En el artículo, ‘15 imágenes que deberían hacernos pensar en la ropa que llevamos (FOTOS)’, publicado en El Huffingon Post en mayo de 2013, a propósito del terrible derrumbamiento del complejo de talleres textiles de Savar (Bangladesh) que causó más de 1.000 muertos y más de 2.000 heridos, la redacción de la versión española del popular diario online de origen estadounidense –en aquel momento, Delia Rodríguez estaba como Redactora Jefe- quiso poner el foco de la noticia en las pésimas condiciones laborales y de seguridad del país asiático. Gracias al original y llamativo enfoque, el artículo fue compartido en más de 15.000 ocasiones.
3. “Al final, toda historia tiene un buen enfoque, un buen titular y una foto perfecta. Si falta alguna de estas tres cosas, estás perdido. Además, hay que aprovechar el buen momento del ruido mediático sobre un tema para publicar y hacerlo en el medio adecuado”.
A finales del pasado mes de marzo, la foto de una niña siria en primer plano, con los brazos en alto y apretando los puños, dio la vuelta al mundo y se contagió a través de la Red de Redes. La rumorología y el revuelo mediático giraron en torno a la autoría de la foto y, por ello, Delia Rodríguez y su equipo de Verne creyeron que era el momento oportuno de aplicar las reglas clásicas 5 W del periodismo para explicar quién fue el autor real de la fotografía y ayudar a hacer viral aún más la historia para recordar a los millones de desplazados por el largo conflicto bélico que viene sufriendo Siria desde hace más de cinco años. El resultado: el artículo fue compartido por más de 25.000 usuarios, entre Twitter y Facebook.
3. “Al final, toda historia tiene un buen enfoque, un buen titular y una foto perfecta. Si falta alguna de estas tres cosas, estás perdido. Además, hay que aprovechar el buen momento del ruido mediático sobre un tema para publicar y hacerlo en el medio adecuado”.
A finales del pasado mes de marzo, la foto de una niña siria en primer plano, con los brazos en alto y apretando los puños, dio la vuelta al mundo y se contagió a través de la Red de Redes. La rumorología y el revuelo mediático giraron en torno a la autoría de la foto y, por ello, Delia Rodríguez y su equipo de Verne creyeron que era el momento oportuno de aplicar las reglas clásicas 5 W del periodismo para explicar quién fue el autor real de la fotografía y ayudar a hacer viral aún más la historia para recordar a los millones de desplazados por el largo conflicto bélico que viene sufriendo Siria desde hace más de cinco años. El resultado: el artículo fue compartido por más de 25.000 usuarios, entre Twitter y Facebook.