El difícil camino de la paz en Colombia

Hace ya seis meses de la histórica rúbrica del Acuerdo de Paz entre en el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC. Tiempo suficiente para hacer balance. Porque una firma no es más que tinta sino se acompaña de la puesta en marcha de los Acuerdos, de la implementación de las medidas acordadas.

Fuente: ACPP


ACPP se ha comprometido con el proceso de paz, con la satisfacción de los derechos de las víctimas y seríamos irresponsables sino hacemos seguimiento del cumplimiento de lo firmado. Por esta razón, hemos organizado a media-dos de abril una gira con nuestra contraparte colombiana Fundación Forjando Futuros (FFF) y su director, Gerardo Vega.

El objetivo era hablar de los Acuerdos, de su cumplimiento y de las perspectivas de trabajo para apoyar la paz. De ahí que organizásemos una gira en la que alternásemos las clásicas vistas a instituciones financiadoras o que esperemos lo sean, con Colegios de Abogacía y representantes políticos del Estado español.

Era importante hacer balance. Denunciar los oscuros del proceso, el más peligroso el asesinato de líderes sociales. A mayo de 2017 ya han matado 35, uno cada tres días y medio. Algo que ACPP y FFF vivimos de primera mano cuan-do en el mes de enero una de las víctimas a la que apoyamos en la reclamación judicial de sus tierras, Porfirio Jaramillo, fue secuestrado y asesinado en Urabá. Además, las lecciones de procesos pasados sientan un fatal precedente, en 1984 se negociaba otra paz, una de las medidas fue dar salida política a expresiones guerrilleras y se conformó el partido político Unión Patriótica. Era un esfuerzo por pasar de las armas a la política, que se truncó por el asesinato de 5000 de sus militantes. Parece que se repite la historia y tenemos que generar alianzas para denunciarlo, difundirlo y acallar a quienes solo entienden el idioma de las balas. Hay más oscuros: el proceso está yendo lento, quedan mu-chas normas por promulgar, los vacíos del cultivo y minería ilegales están siendo cubiertos por nuevas agrupaciones ilegales y las elecciones de 2018 están enfangado el terreno.

Pero también hay claros: la jurisdicción especial para la paz puede sentar precedentes en la cicatrización de las heridas del conflicto, las milicias de las FARC se han sumado al proceso sin grandes disidencias y se mantiene el apoyo internacional. Esto abre nuevas perspectivas de trabajo, apoyar los procesos judiciales en el marco de la nueva jurisdicción, acompañar los procesos de reinserción de las víctimas y trabajar la con-vivencia y los DDHH en áreas muy marcadas por el conflicto. En estos tres objetivos trabajamos con FFF y así lo hemos compartido durante la gira.

ACPP y FFF queríamos compartir este balance, pero también qué hemos hecho durante estos años y que pretendemos seguir haciendo. De ahí que nos hayamos reunido con representantes políticos: la concejala de cooperación del Ayuntamiento de Santander, la Presidenta del Parlamento de Cantabria, el Alcalde y concejala de Acción Social del Ayuntamiento de Pamplona, el tercer teniente Alcalde del Ayuntamiento de Madrid. También con los departamentos de cooperación del Gobierno de Navarra, de la Diputación Foral de Gipuzkoa y del Ayuntamiento y la Diputación Foral de Álava.

Siendo conscientes de que no sólo hay que tejer redes desde las instituciones o instancias políticas, hemos difundido en medios de comunicación la situación de Colombia y hecho un especial hincapié en estrechar lazos con el Colegio Nacional de Abogacía de España y con el de Pamplona. Esto último en la certeza de que la situación de Colombia necesita de apoyos amplios, redes con las que trabajar en la denuncia y protección de quienes defienden los DDHH, en la necesaria implicación de quien mejor puede entender los riesgos que enfrentamos, acompañando a la paz en su camino por trascender la utopía para ser real.

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