Veinte años de trabajo en El Salvador

Veinte años después se hace necesario echar la vista atrás. El país ha cambiado. Así que, se hace necesario evaluar el trabajo de ACPP en uno de sus países prioritarios

Alejandro Quiñoá // Equipo ACPP Centroamérica

ACPP trabaja en El Salvador desde el año 1995. Con los Acuerdos de Paz, que ponían fin a una guerra que convulsionó el país desde 1980 a 1992, recién firmados una muy joven ACPP comenzaba la identificación de proyectos que apoyasen la reinserción de la población ex com- batiente y refugiada. La prioridad era trabajar con quienes lucharon por la justicia social en su proceso de reinserción, acompañar en el regreso al país a quienes tuvieron que huir de la represión y las balas, en definitiva, sentar las bases para la construcción de una sociedad en paz, inclusiva y más justa. Hacerlo, como siempre, en fraterna colaboración con la sociedad civil progresista.

Veinte años después se hace necesario echar la vista atrás. El país ha cambiado. La izquierda llegó al poder en 2009 y lo mantiene en la actualidad. Así que, en noviembre de 2015 se hace necesario evaluar el trabajo de ACPP en uno de sus países prioritarios. Analizar cómo las esperanzas depositadas en el gobierno del FMLN se están viendo cumplidas, cómo la estra-tegia de ACPP en el país genera impacto, cómovaloran nuestros socios locales los tiempos que están viviendo, cuáles son las líneas a seguir y cuáles los aspectos que hay que mejorar. Con esta motivación, en representación del Comité Territorial de Dirección y acompañado del equi- po de ACPP en terreno, me desplacé hasta el país del 3 al 17 de noviembre.


La primera sensación fue preocupante. El país está en medio de un rebrote delincuencial considerable. La violencia crónica de las maras, unido a la delincuencia organizada y a la inestimable colaboración de quienes delinquen agachán
dose en impolutos cuellos blancos, están provo-cando una auténtica crisis. Se nota en las comunidades, en las escuelas que pierden alumnado, en las 1000 personas diarias que abandonan el país hacía los EEUU, en la reacción de una oligarquía que se frota las manos haciendo nego- cios con la seguridad mientras habitan en sus cada vez más grandes burbujas y comentan la jugada en los “country club” de fin de semana.


El impacto de la violencia y los límites para el desarrollo fue una de las claves que tocamos en todas las reuniones. El Viceministro de Seguridad, Javier Martínez (antiguo colaborador de ACPP) nos expuso las claves del gobierno en materia de seguridad y su Plan “El Salvador Seguro”, con el que concordamos en la necesidad de dar alternativas a las y los jóvenes, en la recuperación del espacio público y en la revisión de la política de reinserción carcelaria. El Viceministro de Vivienda, con quienes colaboramos en un proyecto piloto (por el asocio entre ongs, gobierno y alcaldías) de reasentamiento de 250 familias del Municipio de San Pedro Masahuat en una nueva comunidad, reforzó la idea de fortalecer la obra con la construcción de infraestructura social y económica que asiente condi- ciones para el desarrollo. Con nuestras contrapartes, también vimos como fundamental transversalizar el trabajo con la población joven en todas las intervenciones, por tratarse esta de la más vulnerable.


Más allá de la situación de violencia también analizamos las políticas agrícolas y pesqueras, sector este último en el que nos hemos especializado desde 2007, con el Viceministro de Agricultura, Hugo Flores. La producción en el país se ha estabilizado, parece que se ha conseguido mejorar la vulnerabilidad ante fenómenos climatológicos y así se refleja en los grandes números del Ministerio. En lo que tiene que ver con la pesca expusimos nuestra visión crítica con la primacía de la pesca industrial ante la artesanal de los pequeños productores. Concluimos en apoyar al gobierno en es- ta materia, generando red con instituciones especializadas en Galicia que permitan asesorar y trasladar las lecciones aprendidas en el desarrollo del sector.
También estuvimos con la directora del Instituto Salvadoreño de la Mujer (ISDEMU). Las intervenciones de género se han convertido en la prioridad estratégica de ACPP en el país, de ahí que estemos trabajando con el gobierno en el refuerzo de las capacidades y me- dios para incidir en la igualdad de género. De nuevo, hubo consonancia en el análisis de la situación de las mujeres en el país, en el establecimiento de líneas de colaboración a futuro fue notoria.


Con nuestras contrapartes (CORDES, APROCSAL, REDES, ORMUSA, MSM, COMANDOS DE SALVA-MENTO y ALFALIT) se han compartido diagnósticos y diseñado proyectos a futuro que nos per- mitan seguir siendo una de las ONG del estado español con más actividad en el país.
En definitiva, el viaje ha servido para confirmar que el trabajo de las contrapartes está teniendo impacto, que mantendremos altos los niveles de colaboración con el gobierno al tener no pocas coincidencias estratégicas, si bien esto últi- mo no nos impedirá renunciar al espíritu crítico que siempre nos ha caracterizado (especialmente en lo que tenga que ver con los derechos sexuales de las mujeres, la no aplicación de políticas fiscales redistributivas o el abuso de las políticas represivas para atajar la vio- lencia). El Salvador seguirá siendo estratégico para ACPP, asumimos el compromiso hace 20 años y seguiremos acompañando la lucha de su sociedad civil y fuerzas progresistas para que sea el “lindo, y sin exagerar, serio país” que anhelaba Roque Dalton.

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