Un camino hacia el cambio. Centro femenino de Hamri en Marruecos.

Creación del “Centro Femenino de Hamri”, un espacio donde desarrollar las capacidades formativas, productivas, sociales y políticas de las mujeres en Marruecos.

Fuente: ACPP

Es 27 de febrero de 2017, las doce del mediodía. En esta época los senderos rurales que rodean la comuna rural de Boughriba están tintados del ocre característico de las tierras rifeñas y salpicados del morado de las flores del almendro. Hoy, además, su orografía se dibuja desde lejos más alterada de lo normal, transitan en ella las más de cuarenta mujeres que la habitan, muchas de ellas con sus hijos e hijas. Su cita es a las dos de la tarde en el nuevo “Centro Femenino de Hamri”, puesto en marcha con el apoyo de la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional y Desarrollo (AACID), donde hoy se presentarán sus actividades y se conformará el grupo de gestoras que represente los intereses de todas.

Llevan un año viendo cómo se construye un espacio de ellas y para ellas, un centro donde desarrollar sus capacidades formativas, productivas, sociales e, inevitablemente, políticas. Llevan un año reuniéndose (a veces en casa de Hadija, a veces en casa de Sanna ..) acompañadas por el equipo de “Homme et Environemment“ definiendo el contenido y objetivo de ese centro. Un año en que han diseñado alterna vas para combatir la múltiple discriminación que viven las mujeres en las zonas rurales. Una discriminación fomentada por un imaginario social que es incapaz de desvincular a la mujer del espacio doméstico e invisibiliza su aportación vital a la reproducción social y al capital humano: las mujeres de la comuna en activo y sin remuneración representan cerca del 84% del conjunto de la población femenina y, en términos de alfabetización, las mujeres se sitúan en un 76% frente al 44% de los hombres. Evidente: las mujeres cargan con todo el peso del trabajo reproductivo. Su realidad en el ámbito rural pasa por una estricta separación sociocultural de mujeres y hombres que las con na a ellas al ámbito privado y reproductivo y a una productividad económica, que si la desarrollan, es informal.

Durante el proceso de sensibilización, organización y diseño que nuestra socia local “Homme et Environemment” ha trabajado con las futuras beneficiarias, se han diseñado alternativas que reduzcan la discriminación estructural que sufren estas mujeres. Por un lado, mediante formaciones tanto para hombres como mujeres en Derechos Económicos Sociales y Culturales que contribuirán a deconstruir el imaginario social que perpetua su situación, y formaciones en género para fomentar alternativas económicas que no reproduzcan las mellas de un sistema económico que se imbrica con el patriarcado, explotando a las personas más vulnerables. Por otro, fortaleciendo las capacidades de las mujeres para que desarrollen las actividades productivas que generen recursos económicos y fortaleciendo, a su vez, las capacidades de gestión, agrupación y capacidad de incidencia, mediante la creación de una coopera va é ca, justa y responsable de mujeres emprendedoras en la región.

La creación de estructuras y espacios gestionados por ellas en el ámbito público, quizás no las desposea del todo del privado pero, poco a poco, contribuye a su proceso de empoderamiento y a la apropiación de espacios de liderazgo y poder en la comunidad que tradicionalmente han sido androcéntricos. Estas mujeres, con su realidad rural, no sólo serán protagonistas por ser las reproductoras del capital humano y social, sino que serán agentes de cambio y desarrollo de su comunidad, realizando un trabajo productivo y emprendedor que las empoderará socioeconómicamente, con un trabajo que se desarrollará en aras de una economía social y solidaria, respetuosa con el medio ambiente, la é ca y la justicia global.

Las 14:00.. el centro está repleto, sus sesenta sillas por estrenar ya están todas ocupadas.. extendemos una alfombra y nos sentamos en ella.. ●

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