La Coordinadora de Organizaciones de Desarrollo muestra su satisfacción por la creación de la Secretaría de Estado para Cooperación. La medida, anunciada hoy por el Gobierno, debe ser el primer paso de un camino en el que se construya de manera colectiva una política de cooperación ambiciosa y coherente, a la altura del contexto mundial que vivimos.
Desde hace años, las organizaciones de desarrollo hemos reclamado que esta política pública cuente con un peso específico en la estructura de Gobierno, recursos suficientes y una orientación inequívoca a la erradicación de la pobreza y la desigualdad. Así se lo trasladamos a Pedro Sánchez en la reunión que tuvimos en agosto. La recuperación de una secretaría exclusiva para cooperación es un paso importante para situar esta política en el centro de la acción de Gobierno y dotarla de los medios y recursos que garanticen el liderazgo y la coordinación necesaria.
Un camino por construir
Mirar hacia el futuro exige apostar por una cooperación ambiciosa, transformadora, feminista y ecologista; orientada inequívocamente a la erradicación de la pobreza y la desigualdad; que defienda los derechos humanos y el medio ambiente; y que se conecte con una ciudadanía que ha demostrado su compromiso con los problemas globales.
Tras una década perdida para la cooperación España debe tomar medidas inmediatas
En palabras del presidente de La Coordinadora, Andrés R. Amayuelas, “Confiamos que la creación de la Secretaría de Estado de Cooperación venga acompañada de medidas que aseguren el necesario cambio de rumbo. Tras una década perdida para la cooperación España debe tomar medidas inmediatas”. Tal como Pedro Sánchez afirmó en la ONU, nuestro país deberá situar en el centro de su acción exterior a la cooperación como principal herramienta para definir su papel en el mundo y cumplir con la Agenda 2030. En este sentido, afrontar la reforma del sistema dialogada con los actores y el Parlamento, junto con la recuperación presupuestaria serán los primeros desafíos de la Secretaría de Estado.
Fortalecimiento de instituciones, fondos suficientes y coherencia de políticas
Este camino debe realizarse contando con instituciones fortalecidas e instrumentos clave que garanticen una política fuerte y eficaz. Por eso es necesario reformar y reforzar la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo y apostar, junto a los proyectos de desarrollo por la educación para la ciudadanía global y la ayuda humanitaria. Debe garantizarse que la ayuda es genuina, es decir, que no responda a intereses comerciales, geoestratégicos o de control de fronteras. Es importante fortalecer la cooperación descentralizada, una de las señas de identidad del sistema de cooperación español- mejorando su articulación y coordinación.
Avanzar por esta senda requiere, asimismo, concretar una hoja de ruta para que España salga del vagón de cola en Europa y alcance el 0,5% de la RNB para Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) al final de legislatura, como paso previo hacia el 0,7%. Los Presupuestos Generales del Estado para 2020 son la primera oportunidad para materializar este compromiso de legislatura.
No menos urgente es garantizar que la defensa de los derechos humanos y el respeto por el planeta guíen todas las políticas públicas, sean económicas, comerciales o migratorias –de ámbito doméstico o internacional–, como requisito para avanzar en los compromisos de la Agenda 2030. Esto, entre otras iniciativas, pasa necesariamente por una ley que obligue a las empresas a cumplir con los derechos humanos en cualquier lugar del mundo; por la reforma de las leyes migratorias; por la puesta en marcha de una ley de transición energética que incluya la lógica internacional; o por la revisión de la fiscalidad tanto doméstica como internacional.
Confiamos en que la creación de la Secretaría de Estado de Cooperación sea el inicio de un camino colectivo en defensa de una política pública que defiende los derechos y garantiza entornos más habitables para hombres y mujeres en todo el mundo.