Fuente: UNRWA
El Coordinador de UNDP para la población palestina, Robert Piper, y el Director de Operaciones de UNRWA en Cisjordania, Scott Anderson, visitaron la comunidad beduína palestina de Khan al-Ahmar en el área C, en las inmediaciones a las afueras de Jerusalén Este.
Según Piper, Khan al Ahmar es una de las comunidades “más vulnerables de Cisjordania, que lucha por mantener un nivel mínimo de vida frente a la intensa presión de las autoridades israelíes para trasladarla a un lugar 'de reubicación planificado'. Esto es inaceptable y debe detenerse”.
El 15 y 19 de febrero, funcionarios israelíes distribuyeron decenas de órdenes militares de 'stop work' y demolición que amenazaban a casi todas las estructuras (aproximadamente 140 en total) en uno de los lugares de la comunidad: Abu al-Helu. La ejecución de estas órdenes tendría un impacto directo en los hogares y medios de subsistencia de más de 140 refugiados de Palestina, más de la mitad de ellos niños. Entre las estructuras afectadas se encuentra una escuela de primaria, fabricada con neumáticos y barro, que fue construida con el apoyo de donantes internacionales y que acoge a unos 170 niños de comunidades beduínas de la zona.
Como en otros lugares de Cisjordania, las recientes órdenes fueron emitidas sobre la base de que las estructuras carecen de permisos de construcción emitidos por Israel, permisos que son en gran medida imposibles de obtener en más del 60% de Cisjordania, una zona conocida como 'Área C', debido al régimen discriminatorio de planificación y zonificación impuesto por Israel.
Los acontecimientos en Khan al-Ahmar no son únicos, dijo Piper: “miles de familias viven con miedo a las demoliciones, y comunidades enteras se enfrentan a una inestabilidad crónica. Cuando las escuelas son demolidas, el derecho a la educación de los niños palestinos se ve amenazado, obligando a algunas comunidades palestinas a tener que irse a vivir a otra parte”, dice Piper, quien asegura que la comunidad internacional “debe trabajar junta para proveer de asistencia y protección a estas comunidades vulnerables e insistir en que se respete el derecho internacional”.
Naciones Unidas ha declarado en repetidas ocasiones que, la imposición de una 'reubicación de las comunidades' sin consentimiento libre e informado, equivaldría a un traslado forzoso y consiguiente desalojo, contraviniendo las obligaciones de Israel como potencia ocupante, según el derecho internacional.
Scott Anderson por su parte resaltó que la existencia de esta comunidad, los hogares, los cobertizos de animales y la escuela que visitaron, está bajo amenaza: “estoy gravemente preocupado por las continuas presiones de Israel para obligar a estos beduinos a abandonar sus hogares, destruyendo sus medios de subsistencia y su diferente cultura. Muchas de estas familias de refugiados de Palestina ya han visto sus casas demolidas varias veces en los últimos dos años. Insto a las autoridades israelíes a poner fin a todos estos planes y prácticas que directa o indirectamente llevarán a los refugiados a verse desplazados una vez más”.
Khan al-Ahmar es una de las 46 comunidades en Cisjordania (población total de aproximadamente 7.000 personas, de las cuales el 70% son refugiados de Palestina) que Naciones Unidas considera en 'riesgo de transferencia forzosa' debido a los planes de Israel para trasladarlas a uno de los 3 sitios designados como 'de reubicación', lo que constituiría una infracción grave del Cuarto Convenio de Ginebra.