Fuente: Fontilles
– La Organización Mundial de la Salud ha instado a los gobiernos a garantizar la continuidad del reparto de mosquiteras y de la fumigación de interiores pese a la alarma generada por la posible exposición al nuevo coronavirus
– Los estados reportaron 228 millones de nuevos casos de malaria en 2018, último año del que existe información y en el que se registraron 405.000 muertes, el 94% en África
– La fundación desarrolla un proyecto en Mozambique, país que concentra el 4% de detecciones y fallecimientos, destinado a la prevención de la enfermedad en embarazadas y menores de 5 años, los colectivos más vulnerables
La fundación Fontilles, organización española sin ánimo de lucro referente en la lucha contra las enfermedades olvidadas, continúa la lucha contra la malaria en África en cumplimiento de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. El organismo de Naciones Unidas ha instado a los gobiernos del África subsahariana a que, pese a la pandemia de COVID-19, garanticen la continuidad de los servicios de lucha contra el paludismo, cuyo Día Mundial se celebra mañana sábado 25 de abril.
La OMS alertó el pasado mes de marzo de que, debido a la alarma por la posible exposición al nuevo coronavirus SARS-CoV-2, en muchos países se habían suspendido las campañas de distribución de mosquiteras y de fumigación de interiores, lo que aumenta el riesgo de contraer paludismo entre los colectivos más vulnerables, en especial mujeres embarazadas y niños y niñas de corta edad. Por ello, aconsejó a los países afectados que no reduzcan las actividades de diagnóstico y tratamiento de la malaria, y que garanticen el acceso a las medidas básicas de prevención, como el propio reparto de mosquiteras y la fumigación, o la administración de tratamiento preventivo intermitente durante el embarazo y a los lactantes.
El paludismo o malaria es una enfermedad causada por parásitos que se transmiten al ser humano por la picadura de mosquitos Anopheles hembra infectados. En 2018, último año del que existe información, se produjeron 228 millones de casos en el mundo y 405.000 muertes relacionadas con la enfermedad, que, sin embargo, puede prevenirse y tratarse. El continente africano registró el 93% de las detecciones y el 94% de los fallecimientos. Además, 11 millones de mujeres embarazadas estuvieron expuestas a una infección por malaria en el África subsahariana, lo que a su vez tuvo como consecuencia el nacimiento de 872.000 niños con bajo peso. Alrededor de 24 millones de niños y niñas estaban infectados en la región, y 1,8 millones de ellos padecían anemia severa, de acuerdo con el informe de la Organización Mundial de la Salud.
La fundación Fontilles trabaja desde el año 2007 en el distrito de Meluco de Mozambique (provincia de Cabo Delgado) junto con la asociación local Kulima, con el objetivo de reducir la mortalidad y morbilidad que la malaria causa entre su población. El país registró en 2018 el 4% de las detecciones y muertes en todo el mundo, así como el 12% de los casos de anemia severa entre niños y niñas menores de 5 años con malaria confirmada. En una primera fase, el proyecto trabajó por la creación de un sistema comunitario de vigilancia epidemiológica integrado en las estructuras de salud locales a través de la formación de personas voluntarias. En la segunda, en desarrollo, la iniciativa pretende incrementar el acceso al diagnóstico, tratamiento y prevención de la malaria por parte de mujeres embarazadas y menores de cinco años mediante, entre otras medidas, la creación de seis núcleos de salud y la puesta en marcha cuatro campañas de detección activa. En cumplimiento de las recomendaciones de la OMS, el proyecto de Fontilles-Kulima, que cuenta con el apoyo de la fundación Probitas, mantiene los trabajos de lucha contra el paludismo y ha incrementado las medidas de seguridad entre las personas vinculadas al proyecto para evitar la propagación de la COVID-19.
La fundación Fontilles
La fundación Fontilles es la entidad española referente en la lucha contra la lepra desde la apertura en 1909 del sanatorio San Francisco de Borja en el municipio de la Vall de Laguar (comarca de la Marina Alta, Alicante), en el que a lo largo de su historia recibieron atención 3.000 pacientes. Además, desde 1986 desarrolla proyectos de cooperación internacional con el objetivo de acabar con la lepra y sus consecuencias, especialmente en niños y niñas, así como con el resto de enfermedades olvidadas ligadas a la pobreza, y apoyar el desarrollo sostenible de las poblaciones afectadas.
Las diferentes iniciativas internacionales de la entidad ayudan a combatir la lepra, la filariasis linfática, la leishmaniasis cutánea, la malaria y otras enfermedades ligadas a la pobreza en nueve países de Asia (India y Nepal), África (Mozambique y Etiopía) y América Latina (Bolivia, Argentina, Brasil, Nicaragua y Honduras).
En España, la entidad desarrolla su actividad en el complejo sociosanitario San Francisco de Borja, evolución del antiguo sanatorio, en el que dispone del Hospital Ferris, centro hospitalario de media y larga estancia; del centro geriátrico Borja, especializado en la atención de personas mayores con algún grado de dependencia; y del propio sanatorio, centro nacional de referencia en lepra, que acoge a 20 residentes con secuelas de la enfermedad y da tratamiento ambulatorio a 13 pacientes en colaboración con la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública. En todas las instalaciones se han extremado las medidas de seguridad e higiene con motivo de la pandemia de la COVID-19 y se han implementado los protocolos establecidos por las administraciones.