La falta de fondos disponibles por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas ha provocado que los refugiados saharauis que viven en los campamentos en Argelia reciban raciones reducidas de alimentos que no satisfacen las necesidades mínimas diarias.
La PMA ha tenido que repartir menos alimentos como último recurso para poder extender en el tiempo la asistencia alimentaria a los refugiados. El problema está en que los cientos de miles de saharauis que viven en los campamentos argelinos ya recibían desde hace décadas unas raciones limitadas que los recortes en el presupuesto de la PMA han provocado que se hayan menguado aún más hasta el punto en que el riesgo de desnutrición y anemia se incrementará peligrosamente.
A principios de 2.018 el PMA modificó su tipología de alimentos, proporcionando cereales y legumbres menos costosos. A pesar de estas medidas para que la financiación disponible se extendiera más, el PMA no pudo evitar reducir las raciones de alimentos a partir de agosto. Desde entonces, ya no cubren los mínimos nutricionales diarios recomendados. La canasta de alimentos se revisa cada mes, en vista de los pronósticos de recursos y las existencias disponibles.
El Programa Mundial de Alimentos ha apoyado a los refugiados del Sáhara Occidental en Argelia desde 1986. En los campamentos saharauis, las distribuciones de alimentos se combinan con actividades para prevenir y tratar la desnutrición y con un programa de alimentación escolar, con el objetivo de mantener la inscripción y asistencia de niños refugiados en las escuelas. Toda la asistencia del PMA en Argelia se lleva a cabo y se supervisa en colaboración con organizaciones nacionales e internacionales.