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La selva del Amazonas lleva más de un mes ardiendo. Las consecuencias están siendo devastadoras desde el punto de vista medioambiental, acelerando la crisis climática que enfrenta el planeta, pero también para las personas, sobre todo las más vulnerables que viven en la zona.
Por eso, le pedimos a Pedro Sánchez que actúe. Para ello debe:
- Activar recursos de emergencia para frenar el fuego.
- Aprobar urgentemente un fondo de cooperación para paliar la catástrofe medioambiental y humana, y que ayude a la recuperación de los medios de vida de las comunidades afectadas en la región.
- Tomar medidas a largo plazo contra los efectos del cambio climático producidos por los incendios y la deforestación.
La mayor parte de estos incendios han sido provocados por intereses económicos y las políticas que favorecen la deforestación. Llevamos años denunciando como se expulsan a comunidades étnicas y campesinas de sus tierras y se aplican políticas que promueven la deforestación para favorecer la agroindustria, como el cultivo de la soja, la industria minera o la ganadería.
Pero, además, las consecuencias de esta catástrofe nos afectan a todas las personas. La deforestación y estos incendios tendrán consecuencias sobre el calentamiento global, agravando todavía más los efectos actuales del cambio climático. Y, como siempre, quiénes se llevarán la peor parte serán las personas más vulnerables, que son quienes menos contribuyen a generar el cambio climático.
La comunidad internacional está empezando a movilizar fondos para controlar los incendios, pero nos preocupa que la ayuda se quede solo ahí. Hay que poner el foco en la urgencia del momento, pero también en el impacto que esto va a tener sobre las comunidades en el medio y largo plazo. Por ejemplo, en zonas afectadas de Bolivia, se ha calculado que tardarán 200 años en recuperar la tierra arrasada.
FAMILIAS GUARDIANAS DEL BOSQUE
El Amazonas es una de las regiones más ricas en biodiversidad y una fuente de oxígeno vital para nuestra supervivencia. Estos incendios ponen en peligro el pulmón del planeta. Un pulmón que tratan de cuidar las comunidades con las que trabajamos en países como Perú, Colombia y Bolivia.
Desde hace muchos años trabajamos conjuntamente con entidades locales para combatir la pobreza, el acaparamiento de tierras y la deforestación, el cambio climático y las amenazas contra los y las defensoras de la tierra y el medio ambiente en esta región del planeta. Las familias campesinas que participan en nuestros programas actúan como guardianas del bosque amazónico: ayudan a la recuperación de bosques degradados y son un freno a las grandes talas. Con estos incendios su aportación tiene todavía más valor. Los medios de vida de estas familias y su seguridad están en peligro y por eso te necesitamos. Ya estamos trabajando en la Amazonía boliviana, a través de copartes locales (CIPCA y Colectivo Rebeldía) suministrando agua y alimento a las familias afectadas por los incendios, pero muchas más personas necesitan tu ayuda. Apóyales.
