La ONG advierte de que en las regiones más remotas, solo accesibles por helicóptero, niños y bebés están durmiendo a la intemperie sin ningún tipo de resguardo de las bajas temperaturas de la noche y las fuertes lluvias.
En áreas más accesibles, se han distribuido lonas, mantas y kits para bebés en los campos de desplazados temporales, pero los niños siguen siendo vulnerables a las enfermedades causadas por el frío y las malas condiciones en las que viven.
Kesang, una madre primeriza, está aterrada pensando en tener que llevarse a su bebé recién nacido a dormir a la calle. “Solo tenemos una sábana de plástico para cubrirnos y el suelo enseguida se inunda, tenemos que quedarnos de pie toda la noche”. Las enfermedades se contagian fácilmente en estas condiciones. “Me preocupa mucho que mi bebé o yo nos enfermemos”. Los padres que duermen en la calle dicen que tienen fiebre, que hay brotes de diarrea y corren el riesgo de tener neumonía.
“Una semana después del terremoto, la magnitud de la devastación no ha hecho más que empezar a dar la cara. Muchos de los 320.000 niños que se han quedado sin casa lo han perdido todo, su hogar, su ropa de abrigo y, en muchos casos, a sus familias”, explica Delailah Borja, Directora de Save the Children en Nepal. “El riesgo de contraer enfermedades es muy alto, especialmente para los niños más pequeños. Esto es por lo que nos estamos moviendo rápido para entregar kits de higiene, lonas y sacos de dormir para todos los que lo necesitan”.
Hemos distribuido la mayoría del stock de emergencia que tenía en el país, llegando a miles de personas con kits para refugio, ropa de bebé, utensilios de cocina y más. Tres aviones y varios camiones se han llenado de material en India, Dubai y Filipinas y ya están comenzando a llegar a Nepal.
Estamos también poniendo en marcha espacios seguros para niños para que jueguen y estén seguros en los campos de desplazados que se han ido estableciendo en las áreas afectadas.