Nos sumamos a las demandas de los pueblos en la Cumbre del Clima

Este diciembre, en la COP24, los delegados gubernamentales establecerán las reglas para implementar el Acuerdo de París, cuyas políticas afectarán la vida de billones de personas.

El cambio climático es la crisis de nuestra época. La gravedad de esta situación se destaca recientemente en los hallazgos urgentes del informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU de octubre de este año. Los impactos cada vez más intensos del cambio climático afectan la salud del planeta y las vidas de millones de personas del mundo, e impulsan la extinción de las especies. El cambio climático afecta desproporcionadamente a los pueblos y comunidades del mundo que menos causaron esta emergencia planetaria.


Esta crisis requiere acción urgente, vital y ambiciosa. Y esta ambición debe concentrarse en la vida de las personas y en los derechos humanos, y basarse en los principios de equidad y responsabilidad histórica. Este diciembre, en la COP24, los delegados gubernamentales establecerán las reglas para implementar el Acuerdo de París, cuyas políticas afectarán la vida de billones de personas. Los países e industrias más responsables por la emisión de gases de efecto invernadero, y por obstaculizar y retrasar el progreso para evitar los peores efectos de esta crisis, deben responsabilizarse por sus acciones y encargarse de la mayor parte de los costos de una transición global, justa y equitativa a un futuro 100 por ciento libre de combustibles fósiles.


Estas son las demandas de los pueblos, nuestro llamado a los delegados gubernamentales, un llamado basado en movimientos sociales de todos los continentes, que exigen con una sola voz el derecho inalienable de todos: la justicia climática.


Dejen los combustibles fósiles bajo tierra.

Rechacen las soluciones falsas a la crisis climática, que desplazan a las verdaderas soluciones que priorizan al pueblo.

Promuevan soluciones verdaderas que son justas, factibles y esenciales.

Honren las obligaciones económicas para el medio ambiente en los países en vías de desarrollo.

Pongan fin a la interferencia y el control de las corporaciones en las conversaciones climáticas.

Aseguren que los países desarrollados cumplan con su justa parte, responsabilizándose por haber impulsado esta crisis.


Consulta el comunicado completo AQUÍ.

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