Valencia 28 de octubre de 2016. Ante la elaboración de los presupuestos del Ayuntamiento de Valencia para el año 2017, la Coordinadora Valenciana de ONGD reclama el cumplimiento de destinar el 0,7 % de los presupuestos municipales para cooperación internacional para el desarrollo como un compromiso irrenunciable en la lucha contra la pobreza y la desigualdad mundial.
En este año de legislatura tras el cambio de gobierno ha habido importantes avances como la creación y puesta en marcha del primer Consejo de cooperación al desarrollo en la ciudad de Valencia como órgano de participación de las organizaciones y la ciudadanía en las políticas de cooperación al desarrollo. Asimismo se ha firmado por primera vez un convenio de colaboración y se ha apoyado campañas como la celebración del día mundial del comercio justo que se celebró en la plaza del Ayuntamiento en mayo, y recientemente el apoyo a la campaña Pobresa Zero o la declaración institucional de Valencia como “zona libre de paraísos fiscales” que impedirá la contratación de empresas que operen en estos países.
El presidente de la CVONGD, Fernando Contreras ha declarado: “Se está trabajando en la buena dirección y se ha notado un cambio de rumbo muy significativo puesto que partíamos de una situación muy deficitaria en las políticas de cooperación al desarrollo y solidaridad. Pero si no hay un apoyo presupuestario significativo y decidido para el año 2017 todo esto se puede quedar en meros actos de buena voluntad”.
Contreras asimismo ha afirmado: “Desde la CVONGD exigimos continuar la senda de la recuperación presupuestaria emprendida en este año 2016 en el que se ha alcanzado la cifra del 0,20% de los presupuestos. Tenemos la confianza de que la solidaridad del gobierno municipal no se limitará a actos públicos de apoyo y se va a traducir en un compromiso real con la meta del 0,7% que es irrenunciable para nuestras organizaciones y para la ciudadanía valenciana, y es un compromiso asumido hace años por todas las administraciones públicas para reducir la pobreza y la desigualdad con un enfoque global”.
Contreras concluye “Si se quiere construir otro modelo de ciudad más humana, sostenible y solidaria, apostar por la política de cooperación al desarrollo es una opción imprescindible para promover la defensa de los Derechos Humanos, principalmente de aquellas personas que viven en países empobrecidos, defendiendo así un modelo de ciudadanía global transformadora que no excluya a nadie”.