Fuente: Greenpeace
David vuelve a ganar a Goliat. Después de 10 años de lucha, Paul François, un agricultor de Bernac – Francia, consiguió que se condenase a Monsanto por su intoxicación con un herbicida de la multinacional.
La justicia le dió definitivamente la razón a Paul la semana pasada al concluir que Monsanto fue la responsable de los daños en la salud sufridos por el agricultor debido a la inhalación de los vapores del herbicida Lasso, producido por la empresa. Esta es una decisión histórica puesto que Paul François es el primero agricultor que consigue que Monsanto sea condenada, debido a la toxicidad de uno de sus productos.
Pese a este resultado positivo, el proceso ha sido duro y traumático y ojalá ninguno agricultor o agricultora en el mundo sufriera lo que ha sufrido Paul, sencillamente porque no se utilizasen este tipo de sustancias dañiñas, para la salud y para el medio ambiente.
La vida de Paul cambió en una mañana de abril de 2004. Despúes de exponerse a los vapores tóxicos del herbicida, Paul empezó a escupir sangre y después de una serie de hospitalizaciones e investigaciones se conseguió, en mayo de 2005, determinar el responsable del sucedido: el herbicida Lasso de Monsanto. Un largo y tedioso proceso legal empezó entonces, hasta que la justicia concluyó que Monsanto era la única responsable de lo sucedido. Pero Paul ya no recuperará su salud.
En el informe Los plaguicidas y nuestra salud: una preocupación creciente, publicado en mayo, Greenpeace ya advirtió que las principales víctimas de la agricultura industrial, y en particular del uso continuado y desmedido de plaguicidas, son los propios agricultores y sus familias. Este informe mostraba como la exposición a los plaguicidas está asociada a una serie de enfermedades y problemas de salud, como un mayor riesgo de retraso en el desarrollo cognitivo, trastornos inmunológicos y neurológicos, algunos tipos de cáncer, alzheimer, parkinson. Estos son solo algunos, lamentablemente, de una larga lista de problemas.
El herbicida Lasso fue prohibido en 2007 en Francia y en Europa ya no está autorizado. Desgraciadamente, otros como el glifosato, clasificado como “probablemente cancerígeno para los seres humanos”, siguen autorizados en la UE y en la gran mayoría del resto del mundo. Pero tu puedes ayudar a que se prohíba también el glifosato.
La única solución definitiva para que estos problemas no sigan ocurriendo, que los agricultores no sigan siendo víctimas de un modelo al borde del colapso y con “plaguicida-adicción” como el industrial, bien como el resto de personas y el medio ambiente es un cambio hacía la agricultura ecológica. La agricultura ecológica nos puede proveer de alimentos sanos hoy y en el futuro y es la única que respeta nuestra salud, la de las otras especies y el medio ambiente en general.
Los alimentos ecológicos deben estar al alcance de todas las personas empezando por los grupos de mayor riesgo y los más necesitados. ¡Alimentos ecológicos para todas las personas! debe ser el grito revolucionario y esperanzador de la alimentación del presente y del futuro.
¿Qué puedes hacer tú?
– Firma para pedir que se prohíba el glifosato. O comparte la petición en Facebook o Twitter para lograr que más personas pidan la prohibición de este herbicida.