Fuente: Derecho Alimentación
La Red de Políticas Públicas y desarrollo rural en América Latina ha publicado un estudio bajo el nombre «Políticas públicas a favor de la agroecología en América Latina y El Caribe», con el apoyo de la FAO.
Esta red (red PP-AL) constituye un dispositivo de investigación colaborativa que inició su acción en el año 2012. Está formada por 110 investigadores, docentes y doctorandos distribuidos en diez países de América Latina que analizan cómo las políticas públicas fomentan el desarrollo rural en la región. El objetivo de sus investigaciones es poder entender cómo las políticas agrícolas, ambientales y de desarrollo rural pueden transformar el mundo rural y erradicar las desigualdades.
En el contexto actual, con una población mundial creciente, con agotamiento de los recursos naturales y con los efectos del cambio climático, se hace necesario implementar un nuevo enfoque de producción de alimentos, de manera que seamos capaces de producir comida para todos pero con un menor impacto medioambiental y social. Es en esta coyuntura donde surge la importancia de la agroecología, ya que aplica principios ecológicos que promueven sistemas alimentarios más justos y sostenibles, ayuda a la seguridad alimentaria y nutricional y mitiga los efectos del cambio climático.
Esta publicación analiza en concreto cómo los diversos instrumentos de las políticas públicas están apoyando la agroecología en una selección de países de la región. Para ello el estudio presenta primero de todo una descripción y análisis de qué es la agroecología y a continuación describe cómo se está fomentando en Brasil, Chile, Costa Rica, Cuba, El Salvador, México y Nicaragua, para terminar con un análisis comparativo entre los países.
La investigación resalta que, para promover la sostenibilidad de la agricultura, los distintos gobiernos negocian con la sociedad civil a través de una serie de instrumentos de aplicación territorial y de dimensión transversal. Además de las políticas públicas concretas que incentivan la agroecología, existen otros instrumentos que, aunque no la tengan como objeto directo, sí que contribuyen a su desarrollo a través de una producción más sostenible, mercados más justos, mejores oportunidades de trabajo o innovación técnica y socio-organizativa basadas en recursos locales y territorios más multifuncionales.
La potencialidad de la agroecología en la región quizá proceda de su sustento sobre tres patas: la científica, un conjunto de prácticas y el movimiento social. Estas tres dimensiones hacen que los conocimientos científicos y los saberes locales se hayan enriquecido mutuamente, promoviendo la agroecología como una alternativa tangible.
La investigación muestra que el impulso de la agroecología por parte de la acción pública es un ejemplo del potencial transformador que tiene el diálogo de políticas en plataformas en que participan todos los sectores.