CIM Burkina (Colaboración con la Infancia y la Mujer en Burkina Faso) es una organización privada sin ánimo de lucro, plural e independiente, sin adscripción política ni religiosa, creada en el año 2012 por iniciativa de un grupo de personas, mayoritariamente mujeres, algunas de las cuales venimos viajando a Burkina Faso desde 2005. Desde entonces estamos «atrapadas» por la realidad de un país que seduce y embruja a un tiempo.
CIM Burkina nace formalmente en 2012, y tal como se indica en nuestros estatutos, nos centramos en proyectos relacionados con el desarrollo de la infancia y la mujer en Burkina Faso en particular, y en África subsahariana en general.
Nuestro principal objetivo es el acceso a la educación mediante la dotación de becas escolares a niñas y niños sin recursos, así como cualquier tipo de colaboración relacionada con la mejora de la enseñanza a todos sus niveles (huertos escolares, infraestructuras escolares, pozos, sanidad escolar, saneamientos, etc.).
Trabajamos desde la convicción de que la educación es la vía para el desarrollo integral del ser humano, fomentando la creación de espíritus críticos que formen personas libres y librepensadoras. Tenemos la firme creencia de que la falta de cultura y el analfabetismo son el caldo de cultivo y el triunfo de la manipulación y del abuso impune de gobiernos corruptos.
Creemos que la educación es un derecho fundamental de todas las personas y un factor clave en la conquista de los DDHH, en la consolidación de la democracia a todos sus niveles y en el progreso humano y social.
Creemos en la educación como vía insustituible para que todas las personas asumamos la responsabilidad de nuestro desarrollo integral y como elemento indispensable para establecer relaciones de respeto y equidad en todos los sentidos, creando un modelo integrador, participativo y solidario que propicie una cultura de paz y de cooperación.
Además trabajamos por y para el emprendimiento y empoderamiento de las mujeres como motor de desarrollo y por justicia social. A pesar de que las mujeres africanas son piezas clave en todos los aspectos de la realidad social, económica y cultural de sus países, su participación en el desarrollo ha permanecido ampliamente invisible y sus derechos apenas son reconocidos en diversos sectores jurídicos y/o sociales.