UNRWA se une a otras entidades de la ONU para dar la voz de alarma sobre las ocho familias de Sheikh Jarrah, aproximadamente 75 personas en total, que residen en este barrio de Jerusalén Este y que corren el riesgo de ser desalojadas por la fuerza de forma inminente, con lo que corren un mayor riesgo de traslado forzoso.
Estas familias refugiadas de Palestina perdieron tanto sus hogares originales como sus medios de subsistencia como consecuencia del conflicto de 1948. En 1956, tras su desplazamiento, estas familias refugiadas se trasladaron a Sheikh Jarrah con el apoyo del gobierno jordano y la ayuda material de UNRWA. Han residido en estos hogares durante casi setenta años. Ahora corren el riesgo de ser desplazados por segunda vez en su vida.
El riesgo de desalojo forzoso para estas ocho familias de Sheikh Jarrah y para otros palestinos de Jerusalén Este ha aumentado recientemente tras una sentencia judicial israelí a favor de la organización de colonos Nahalat Shimon, que reclama la propiedad de las tierras antes de la creación del Estado de Israel. El Tribunal Supremo israelí ha aplazado su decisión sobre los desalojos previstos.
No es un incidente aislado
La situación en Sheikh Jarrah no es un incidente aislado. Según la información de dominio público facilitada por OCHA, Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, casi mil palestinos y palestinas, de los cuales casi la mitad son menores, corren el riesgo de ser desalojados por la fuerza en todo Jerusalén Este.
En muchos casos en Jerusalén Este, incluido Sheikh Jarrah, el desalojo forzoso de palestinos se produce en el contexto de la construcción y expansión de asentamientos israelíes, ilegales según el derecho internacional humanitario. Algunos de estos desalojos se basan en reclamaciones anteriores a 1948, mientras que a las personas refugiadas de Palestina se les prohíbe discriminatoriamente reclamar sus propiedades/casas perdidas en Jerusalén Oeste en 1948.
Contrario a derecho
Sin embargo, según el derecho internacional, una potencia ocupante no puede modificar la ley vigente al inicio de la ocupación. Las reclamaciones presentadas por las organizaciones de colonos israelíes tras la ocupación y anexión de Jerusalén Este por parte de Israel son cuestionables.
En el territorio Palestino ocupado se aplican obligaciones estrictas en cuanto a la prohibición de traslados forzosos y desalojos forzosos en virtud del derecho internacional humanitario y del derecho internacional de los derechos humanos. Los desalojos forzosos son uno de los principales factores que contribuyen a la creación de un entorno coercitivo que puede dejar sin otra opción a las personas o comunidades que irse, en contra de la prohibición de la transferencia forzosa.
Llamamiento a Israel
UNRWA, por lo tanto, hace un llamamiento a las autoridades israelíes para que tomen todas las medidas necesarias para evitar los desalojos forzosos de estas ocho familias de refugiados y refugiadas de Palestina en Jerusalén Este y para que la dignidad, los derechos y las libertades de estas personas se mantengan en todo momento.
UNRWA recuerda las autoridades israelíes deben garantizar el respeto a la igualdad de la población palestina y protegerlos de la incitación y el discurso de odio. UNRWA se une a los llamamientos de la ONU para que Israel respete la libertad de expresión y de reunión, incluida la de aquellos que protestan contra los desalojos, y para que ejerza la máxima moderación en el uso de la fuerza al tiempo que garantiza la seguridad en Jerusalén Este.