Un estudio aporta nuevos datos sobre el impacto del racismo sistémico en mujeres africanas y afrodescendientes en España

La organización Movimiento por la Paz acaba de publicar el estudio “Mujeres africanas y afrodescendientes en España: análisis de los factores de discriminación en el acceso a la salud, la educación, el empleo, la vivienda y los servicios sociales”. Financiada por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, la investigación recoge las experiencias de discriminación de 320 mujeres de 38 nacionalidades y los testimonios de 74 trabajadores/as del ámbito social.

Esta investigación es la primera que se realiza en relación a las múltiples formas de discriminación que sufren las mujeres de ascendencia africana en España y revela resultados preocupantes sobre la situación de derechos humanos de este grupo de mujeres.

Discriminación racial

La discriminación racial se manifiesta mayoritariamente en el ámbito laboral. Según indica el estudio, la discriminación racial al que hace frente este grupo de mujeres se manifiesta mayoritariamente en el ámbito laboral. Así, el 82% de las encuestadas considera que el racismo estructural constituye una barrera en el acceso al mercado de trabajo en condiciones de igualdad. Asimismo, un 74% estima que su color de piel no sólo limita su capacidad de encontrar un empleo sino también de acceder a puestos de responsabilidad profesional.

A ello se suman el racismo y los estereotipos que se hacen presentes en los ámbitos de la educación, los servicios sociales, la salud y la vivienda. Las encuestas reflejan, por ejemplo, que cuando pretenden alquilar una vivienda, en el 60% de los casos afrontan abusos contractuales como la subida repentina del precio o la solicitud de hasta un año de fianza.

Perspectiva étnico-racial

Ausencia de perspectiva étnico-racial en las Administraciones Públicas. A pesar de que la situación de discriminación de este colectivo ha empeorado con la crisis de la COVID-19, la mitad de las personas funcionarias del ámbito social que participaron en el estudio no tiene formación específica en materia de racismo y xenofobia que les permita ofrecer un servicio acorde a una sociedad multicultural.

Un 31% de las personas que trabajan en los servicios sociales tampoco aplica una metodología transversal de género y raza a la hora de intervenir con mujeres africanas y afrodescendientes. “Esta realidad no sólo obstaculiza la eficacia de las atenciones sociales con mujeres racialmente diversas, sino que además legitima la reproducción de dinámicas discriminatorias dentro de las propias instituciones públicas”, sentencia el informe.

Falta de datos

Necesidad de recoger datos desglosados por etnia. Los resultados de la investigación evidencian la necesidad, desde las Administraciones Públicas, de recoger datos desglosados por etnia o raza que permitan diseñar políticas desde una perspectiva étnico-racial además de la perspectiva de género. Asimismo, el informe señala que es urgente garantizar la representación de mujeres africanas y afrodescendientes en los espacios de toma de decisiones, ya que “las políticas sobre las cuales no son consultadas, no tienen un impacto significativo en sus vidas e incluso pueden empeorar su situación de vulnerabilidad”.

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