Millones de personas en todo el mundo salen a las calles una vez más para exigir que pare el asedio de Israel sobre la Franja de Gaza y la ocupación de los territorios Palestinos. Como en ocasiones anteriores, nos sumamos a ellas y exigimos paz, solidaridad y justicia.
Más de un año después del inicio de los bombardeos, la situación es insostenible: la destrucción es total en la mayoría del territorio gazatí, el hambre se utiliza como arma de guerra; cada hora, unas 5 personas palestinas son asesinadas, casi 45.000 han perdido la vida y unas 100.000 han resultado heridas. Las últimas cifras, hablan de entre 6.500 y 10.000 desaparecidas.
Prácticamente toda la población de Gaza, más de dos millones, continúa siendo desplazada sin tregua y la ayuda humanitaria consigue entrar a cuentagotas. 230 trabajadoras y trabajadores humanitarios han sido asesinados y casi 200 periodistas han perdido su vida en ataques mientras realizaban su trabajo. 9.000 personas han sido detenidas arbitrariamente. No quedan hospitales, no hay escuelas ni otras infraestructuras esenciales para la vida. Más de 100 personas israelíes siguen retenidas en Gaza. En Cisjordania, la población palestina sufre ataques a diario y casi 700 personas han muerto a consecuencia de la violencia de los colonos y del ejército israelí.
Bloquear las actividades de la UNRWA “supone un peligroso precedente que se opone a la Carta de la ONU y viola las obligaciones del Estado de Israel en virtud del derecho internacional”. Naciones Unidas.
La situación de la infancia es especialmente preocupante: se calcula que unos 40 niños y niñas son asesinados cada hora; más de 21.000 están en paradero desconocido. Las mujeres también sufren una situación extrema en la que se incluye la violencia sexual. La atención obstétrica en Gaza se ha visto gravemente amenazada, con sólo dos de los doce hospitales en funcionamiento capaces de prestar servicios de maternidad. Las mujeres embarazadas y sus bebes enfrentan condiciones de alto riesgo, incluyendo atención prenatal inadecuada y medicamentos no esterilizados
El Estado de Israel está violando sistemáticamente el derecho internacional, los derechos humanos y el derecho internacional humanitario. Recientemente, el Parlamento israelí aprobó una ley que bloquea las actividades de la UNRWA (Agencia de la ONU para la población refugiada palestina). Tal decisión, como ha denunciado Naciones Unidas, “supone un peligroso precedente que se opone a la Carta de la ONU y viola las obligaciones del Estado de Israel en virtud del derecho internacional”. Además, denuncia, “podría tener consecuencias devastadoras para la población palestina, lo cual es inaceptable”.
«(Se trata de) un genocidio, porque he visto los patrones de actos homicidas, de exterminio, en número muy altos de personas palestinas». Francesca Albanese.
“Conducta dirigida a destruir la posibilidad de vivir en Gaza”
Por su parte, la Relatora de Naciones Unidas para los derechos humanos en los territorios Palestinos ocupados, Francesca Albanese, llama a los Estados a “suspender relaciones económicas, diplomáticas, políticas y militares con Israel para detener el genocidio en Gaza”. Tal como la relatora denuncia, se trata de “un genocidio, porque he visto los patrones de actos homicidas, de exterminio, en número muy altos de personas palestinas. (Se trata de) una conducta dirigida a destruir la posibilidad de vivir en Gaza”.
La humanidad no puede permitir que tal situación continúe. En primer lugar, porque supone un ataque descarnado a la vida de la población palestina y, en segundo lugar, porque pone en jaque al multilateralismo y al orden internacional establecido hace 75 años y, por tanto, tendrá consecuencias gravísimas sobre toda la humanidad.
España tiene una responsabilidad ineludible. En primer lugar, debe cumplir con las cinco medidas incluidas en la Proposición No de Ley aprobada en el Congreso a principios de este año: exigir el alto el fuego permanente, el acceso humanitario suficiente y sostenido, el cumplimiento del Derecho Internacional Humanitario y los derechos humanos, poner fin al comercio de armas y trabajar por una solución negociada al conflicto. Debe, además, ser consecuente con las decisiones de los tribunales internacionales.
Llamamos a participar en las diversas movilizaciones que se celebran estos días en pueblos y ciudades de todo el Estado español. Debemos continuar exigiendo paz, solidaridad y justicia.