Reiteramos nuestra petición a los gobiernos de Guatemala, México y Estados Unidos para proteger a las personas que participan en esta caravana y a todos los migrantes en general
Al menos 2,500 personas migrantes, entre quienes se cuentan familias enteras con niños y niñas y personas mayores, se encuentran varados en la frontera entre Guatemala y México, agotados, en condiciones precarias y expuestos a múltiples peligros. Un equipo de Oxfam (Oxfam Intermón en España) y sus organizaciones socias se encuentra desplegado en la zona.
«Los migrantes duermen a la intemperie, algunos con apenas plásticos o sábanas para protegerse de la lluvia. Otros ni siquiera tienen esa protección. Duermen sobre el pavimento y en un parque. Niños, niñas, adolescentes, mujeres y adultos mayores han estado caminando desde hace más de una semana bajo un sol ardiente. Están exhaustos, desesperados y tienen hambre y miedo», dice Iván Aguilar, coordinador humanitario de Oxfam en Guatemala.
La mayor cantidad de migrantes varados se encuentra actualmente en Tecún Umán, un municipio guatemalteco en el extremo occidental de la frontera con México. El puente internacional Dr. Rodolfo Robles sobre el río Suchiate separa a Tecún Umán de Ciudad Hidalgo, en México. De acuerdo con información proporcionada a Oxfam por organizaciones con presencia en el Triángulo Norte de Centroamérica, otras caravanas de migrantes vienen en camino desde Honduras y El Salvador, lo que agudizará la situación de tensión y desprotección.
En respuesta a esta crisis humanitaria, Oxfam junto a sus socios locales está distribuyendo 3,500 kits de higiene personal e instalará 60 letrinas químicas, además de duchas y puntos de agua potable en trabajo conjunto con la Municipalidad de Tecún Umán. También se distribuirá cocinas industriales y filtros de agua en albergues que están recibiendo a los migrantes.
En México, Oxfam destinará recursos de su fondo de emergencia humanitaria para apoyar a organizaciones defensoras de derechos de los migrantes y redes de albergues, que son las que cuentan con mayor experiencia y están en la mejor posición de proporcionar atención y protección a las personas migrantes de manera directa.
La caravana partió el 13 de octubre de San Pedro Sula, Honduras, con la intención de llegar caminando a territorio estadounidense. Los migrantes están huyendo de la violencia generalizada, la pobreza e inseguridad alimentaria, agudizada por el cambio climático. Varios integrantes de la caravana han relatado a personal de Oxfam las difíciles circunstancias que los obligan a migrar. Karen, quien ha caminado más de 700 kilómetros desde Honduras con su hija de siete años, dejó atrás a sus otros dos hijos en un refugio: «Ayúdenos, se los pedimos de corazón, no podemos regresar a Honduras porque estamos amenazados de muerte».
Oxfam hace un llamamiento para que las autoridades mexicanas atiendan las recomendaciones de las organizaciones defensoras de migrantes de otorgar el reconocimiento Prima Facie al colectivo de la caravana, en concordancia con la legislación mexicana e internacional, a partir del cual se reconoce la condición de persona refugiada sin necesidad de que cada una realice un trámite individual.
Reiteramos nuestra petición a los gobiernos de Guatemala, México y Estados Unidos para proteger a las personas que participan en esta caravana y a todos los migrantes en general, respetando los principios de no devolución, garantizando sus necesidades humanitarias, brindando los mecanismos de protección a quienes no pueden regresar a su país de origen por sufrir amenazas a sus vidas o integridad física, y garantizando que los niños y las niñas no sean separados de sus familias.
Por el alto riesgo que suponen las redes de trata y tráfico de personas en esos territorios, llamamos la atención especialmente de las autoridades nacionales de Guatemala y México para que estén en alerta constante y tomen medidas que frenen la operación de estas mafias de la migración, que podrían aprovecharse de la vulnerabilidad que enfrentan las miles de personas de esta caravana que se desplazan en condiciones precarias.