Manos Unidas ha destinado ya más de 4,3 millones de euros a paliar las consecuencias de la pandemia de coronavirus entre las poblaciones más vulnerables de Asia, África y América Latina.

Fuente: Manos Unidas


  • La ONG ha apoyado 94 proyectos de emergencia -a los que ha destinado un presupuesto de 2,5 millones de euros- y reformulado 177 proyectos de desarrollo, que tenía previamente en marcha, para incluir acciones relacionadas con la pandemia -por un importe de 1.872.000 euros.

  • En América, Manos Unidas ha aprobado 32 proyectos de emergencia en el continente por un importe de 1.118.973 €.

  • Manos Unidas ha aprobado 29 proyectos de emergencia en Asia por valor de 410.123 €.

  • Al continente africano, Manos Unidas ha destinado ya 925.398 € a través de 33 proyectos de emergencia.

  • «No podemos esperar a que la situación sea irreversible y tengamos que asistir, de nuevo, al terrible drama del hambre extrema entre quienes ya están teniendo problemas para alimentarse todos los días», alerta la presidenta de Manos Unidas. 

Valencia, 26/06/2020.- Desde que el pasado mes de marzo la Organización Mundial de la Salud calificase la crisis del coronavirus como pandemia, Manos Unidas ha destinado ya más de 4,3 millones de euros a paliar las consecuencias que esta situación está teniendo entre la población más vulnerable de los países más empobrecidos.

La ONG ha apoyado 94 proyectos de emergencia -a los que ha destinado un presupuesto de 2,5 millones de euros- y reformulado 177 proyectos de desarrollo, que tenía previamente en marcha, para incluir acciones relacionadas con la pandemia -por un importe de 1.872.000 €- y que están permitiendo dar respuesta a peticiones sanitarias, preventivas y alimentarias provocadas por las situaciones de hambre generadas por el confinamiento y atender a los sectores de población más desfavorecidos: migrantes (refugiados y desplazados), poblaciones indígenas, trabajadores informales, mujeres, niños y ancianos.

Poblaciones indígenas abandonadas en la Amazonía

Para Juan de Amunátegui, Coordinador de Proyectos de Manos Unidas en América Latina, «la crisis del coronavirus ha exacerbado crisis ya existentes que hunden sus raíces en constantes violaciones de los derechos humanos que se justifican en aras de intereses económicos y políticos más que discutibles«.

«Pese a que los niveles de contagio en Brasil, Perú y Ecuador son en estos días realmente preocupantes, es especialmente alarmante la situación de la Amazonía -continúa De Amunátegui- donde las comunidades indígenas se encuentran abandonadas por la mayoría de los gobiernos, más preocupados en favorecer los intereses económicos que en proteger los derechos de dichas comunidades o el medioambiente». «Por eso, estamos realizado un esfuerzo especial para la atención sanitaria y ayuda alimentaria a un número importante de comunidades indígenas amazónicas abandonadas a su suerte y entre las que detectamos una fuerte profundización de la pobreza extrema y el hambre», asegura.

En estos meses, Manos Unidas ha aprobado 32 proyectos de emergencia en el continente por un importe de 1.118.973 €.

De la economía informal a la indigencia en Asia

En Asia, en casi todos los países donde trabaja Manos Unidas se tomaron medidas drásticas de confinamiento al poco de declararse la pandemia y eso ha protegido a sus habitantes desde el punto de vista sanitario, pero no del económico. «En países como India, donde en torno a un 35% de la población trabaja en la economía informal y tiene que salir a diario a ganarse el sustento, la situación humanitaria y social de los más vulnerables es trágica», asegura Ramón Álvarez, coordinador de Proyectos de Asia.

Paradójicamente en Asia, el continente donde se originó el virus, el impacto ha sido muy limitado, teniendo en cuenta, sobre todo, que en Asia habita el 60% de la población mundial, «aunque esta tendencia parece estar revirtiendo en países como India donde, a día de hoy, la situación es extremadamente preocupante», explica Álvarez.

«Por ejemplo, en Bombay, con una población de 21 millones de personas donde es imposible mantener la distancia social y la infraestructura médica es muy pobre, casi no se están haciendo test. Además, buena parte del personal sanitario está contagiado por lo que no asisten al trabajo», relata Ramón Álvarez. Según el coordinador de proyectos de Manos Unidas en Asia, «esta situación es extrapolable al resto de las grandes ciudades del país donde, además, las medidas de confinamiento impiden a los trabajadores informales salir a buscar el sustento y abrir a los pequeños comercios».

En este continente, Manos Unidas ha aprobado 29 proyectos de emergencia por valor de 410.123 €.

Extrema debilidad de la infraestructura sanitaria en África     

En África, aunque la propagación de la pandemia ha tenido un ritmo lento si lo comparamos con lo ocurrido en Europa o América del Norte, las cifras no cesan de aumentar con desigual incidencia en unos países y en otros. Sin embargo, «los datos de los que se dispone no se corresponden con una realidad que adivinamos infinitamente peor dada la casi nula existencia de tests que puedan arrojar información fiable», explica Mabel Ibáñez, coordinadora de Proyectos de África.

«Estamos especialmente preocupados por el crecimiento alarmante de casos en algunos países en los que trabajamos como Marruecos, Mauritania, Egipto, Camerún, Nigeria o Sudán» afirma Ibáñez.

Teniendo en cuenta la extrema debilidad de las estructuras sanitarias en la mayoría de los países y los pocos recursos humanos y materiales de que disponen, Manos Unidas se está volcando en proyectos de prevención y de refuerzo de estructuras sanitarias y apoyo de ayuda alimentaria y medicamentos a los colectivos y comunidades más vulnerables.

«Estas comunidades están sufriendo en mayor medida los efectos de los cierres de fronteras declarados por diversos países, el confinamiento y la carestía de los bienes de primera necesidad por lo que estamos seriamente preocupados por los efectos devastadores que el hambre está produciendo ya en los más desfavorecidos», afirma Ibáñez. 

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