Los países de la OCDE acuerdan una reforma fiscal internacional lejos de ser histórica

Tres cuartas partes de los recursos generados con el tipo mínimo al 15% acabarán en manos de los países del G7 y la Unión Europea. Por el contrario, los países en desarrollo, que representan más de un tercio de la población mundial, recibirán apenas el 3% de estos nuevos ingresos.

 

La reforma fiscal está basada en dos pilares: redistribución de una parte de los derechos tributarios donde opera la empresa y el impuesto mínimo global.

 

 

JusticiaFiscal

Ayer 130 de los 139 países que forman parte del Marco Inclusivo de la OCDE acordaron las grandes líneas de reforma encaminadas a cambiar el modelo tributación de las grandes multinacionales. Aunque este acuerdo pondrá una mayor presión sobre los paraísos fiscales más agresivos será a costa de los países en desarrollo, porque los beneficios generados básicamente irán a los países ricos. Además, son muchas las fisuras que permitirían a algunas de las grandes multinacionales seguir utilizando los paraísos fiscales para eludir y evadir sus compromisos tributarios.

El primer pilar de la reforma consiste en redistribuir una pequeña parte de los beneficios globales de no más de 100 mega multinacionales entre los países donde estas realizan sus ventas. El segundo pilar tiene como objetivo acordar un impuesto mínimo global para combatir los paraísos fiscales y la competencia fiscal.

Ganan los países ricos

Para Iñigo Macías responsable de fiscalidad de Oxfam:

“Tal y como está diseñado, este acuerdo no corregirá las desigualdades entre los países ricos y pobres. Un acuerdo más justo habría permitido recuperar miles de millones en impuestos no pagados por las grandes corporaciones en todos los países. Sin embargo, tres cuartas partes de los recursos generados con el tipo mínimo al 15% acabarán en manos de los países del G7 y la Unión Europea. Por el contrario, los países en desarrollo, que representan más de un tercio de la población mundial, recibirán apenas el 3% de estos nuevos ingresos.»

“No hay que llevarse a engaño. Este acuerdo no supondrá el final de la competencia fiscal desleal ni de los paraísos fiscales. El tipo mínimo del 15%, inicialmente propuesto por los países del G7, es muy poco ambicioso, y puede incluso ser el punto de partida para que otros países justifiquen recortar el tipo nominal en el Impuesto de Sociedades como ya empieza a plantarse en países como Dinamarca y Australia.

Elevar el impuesto mínimo

De acuerdo con las recientes estimaciones del Observatorio Europeo de Políticas Fiscales, con el impuesto mínimo el 15% España recaudaría 4.700 millones de euros menos que si el tipo mínimo estuviese en el 21%. Son muchos los países en desarrollo que han pedido un tipo mínimo de, al menos, el 20%. El Panel de la ONU sobre la Responsabilidad, la Transparencia y la Integridad Financieras Internacionales (FACTI) incluso plantea que el nivel óptimo debería situarse entre el 20% y el 30%”.

“Más allá de la escasa ambición y un injusto diseño en el tipo mínimo, el acuerdo abre el camino a múltiples excepciones que podrían beneficiar a sectores concretos como el de los servicios financieros regulados que quedarían fuera del acuerdo. Estas excepciones hacen que este acuerdo termine siendo tan útil como recoger agua con un balde lleno de agujeros.”

“En cuanto a la generación y redistribución de nuevos beneficios globales, el acuerdo también es también muy insuficiente y limitado. Apenas afectará a una pequeña proporción de los beneficios de las 100 empresas mayores corporaciones, con márgenes de beneficios por encima del 10%. Con estos criterios, y salvo excepcionalidades, incluso empresas como Amazon podrían quedarse fuera.»

Son muchos los países que, como España, se encuentran ahora mismo considerando diferentes alternativas sobre cómo hacer frente a la factura económica de la crisis provocada por la Covid-19. Sin embargo, este acuerdo apenas da respuesta. Aún queda lejos de la ambición necesaria para acabar con la era de los paraísos fiscales, la competencia fiscal desleal y de permitir una redistribución más equitativa de los derechos tributarios entre países.”

Notas

130 de los 139 países miembros del Marco Inclusivo de la OCDE han apoyado este acuerdo.

Los ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales de los países del G20 se reunirán en Venecia el 9 y 10 de julio para respaldar este acuerdo. La fecha límite del acuerdo para finalizar los detalles técnicos está fijada para octubre de 2021, antes de la cumbre del G20 en Roma.

El acuerdo sobre el diseño del tipo impositivo mínimo establece que los países donde se encuentran las sedes de las empresas, principalmente países ricos, sean los que tengan la prioridad a la hora aplicar el mínimo global y por tanto, recuperar la diferencia entre el tipo efectivo pagado hasta el 15%. Es lo que en inglés se conoce como un «top-up».

El tipo mínimo de al menos 15% propuesto por el G7 está muy por debajo de las demandas del Panel de la ONU sobre la Responsabilidad, la Transparencia y la Integridad Financieras Internacionales que pide un tipo impositiva mínimo sobre los beneficios de las multinacionales entre el 20 y el 30%. ICRICT, una comisión de economistas y expertos que incluye a Joseph Stiglitz y Thomas Piketty, pidió un tipo del 25%.

En comparación con una tasa del 15%, una tasa mínima del 25% generaría 17.000 millones de dólares adicionales para los 38 países más pobres (para los cuales hay datos disponibles). Estos países representan el 38,6% de la población mundial.

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