Libia: la crisis humanitaria empeora con el agravamiento del conflicto y la amenaza del COVID-19

Fuente: ACNUR

Un año después de que se lanzara la ofensiva militar en Trípoli, Libia, la Agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR, alerta de que los enfrentamientos siguen empeorando, mientras que el COVID-19 entraña nuevas amenazas.

Más de 300 civiles han sido asesinados y otros 150.000 desplazados de sus hogares desde abril de 2019. A pesar del intento de acuerdo para una tregua humanitaria, durante la semana pasada se registró un recrudecimiento de los combates. El deterioro de la situación de seguridad está obstaculizando también el retorno seguro a sus áreas de origen para decenas de miles de personas desplazadas.

Entre tanto, las autoridades han confirmado ya 10 casos infectados y un muerto por COVID-19 en Libia, incrementando el temor sobre la capacidad de respuesta de un sistema de salud debilitado en el país

El conflicto continuo ha afectado seriamente al sistema sanitario y servicios médicos del país, que tienen recursos económicos muy limitados y donde escasean equipamiento y medicinas básicas. Muchos hospitales y centros médicos ubicados en áreas próximas a zonas de conflicto también han sufrido daños o han cerrado.

ACNUR y sus contrapartes están proporcionando generadores, ambulancias, casetas prefabricadas y hospitales de campaña para apoyar a los servicios locales de salud. La Agencia también está llevando a cabo campañas de sensibilización entre las personas refugiadas, solicitantes de asilo y libias, a través de posters, mensajes de texto a móviles y por redes sociales con el objetivo de mitigar el riesgo de exposición al coronavirus.

Junto con las agencias humanitarias, ACNUR está haciendo un llamamiento a las autoridades libias para que aseguren el acceso y la incorporación de todos los grupos de población en Libia a los sistemas de control de salud, actividades y planes de prevención y respuesta.

ACNUR, junto a otras agencias, reitera una vez más la petición de liberación de las personas detenidas de forma ordenada. Los solicitantes de asilo y refugiados detenidos por carecer de documentación legal están en una situación particularmente vulnerable y expuestos, dadas las precarias instalaciones de saneamiento, la limitación de los servicios sanitarios y las condiciones de hacinamiento. Además, muchos centros de detención están ubicados en zonas próximas a las líneas de combate.

La vida cotidiana cada vez es más complicada para la población de una Libia asolada por el conflicto. Muchos civiles libios, así como los refugiados y solicitantes de asilo, tienen grandes dificultades para acceder a servicios básicos y bienes de primera necesidad o para encontrar trabajo. El precio de los alquileres, alimentos y combustible se ha disparado y la gente encuentra serias dificultades para poder cubrir sus necesidades más básicas.

Hay mucha preocupación en ACNUR por la creciente falta de alojamiento y el incremento del precio de los alquileres a medida que aumenta el número de personas que se ven forzadas a desplazarse y dejar sus hogares por primera o segunda vez y que tienen que buscar pisos para alquilar.

Esto está afectando especialmente a refugiados y solicitantes de asilo que no pueden encontrar un trabajo regular. Los refugiados comentan a los equipos de ACNUR que el precio del alquiler de una habitación individual se ha multiplicado por seis, mientras que el de un piso completo se ha triplicado. Muchas personas están viviendo hacinadas en edificios medio construir o sin mobiliario, o incluso en garajes, llegando a compartir una misma habitación entre 10 personas. 

La volátil situación de seguridad también ha llevado a un repunte de los índices de criminalidad, aumentando los robos y atracos.

La Agencia de la ONU para los Refugiados continúa operando en Libia para ayudar a proporcionar protección y asistencia a refugiados, solicitantes de asilo, y personas libias desplazadas y retornadas, pero la asistencia se está viendo severamente obstaculizada por los estrictos protocolos de movimiento y seguridad y por una presencia reducida en terreno.

En los últimos 12 meses, ACNUR ha proporcionado atención médica a más de 25.000 personas, distribuido materiales de ayuda humanitaria a más de 42.700 y asistencia económica en efectivo para unas 2.500 personas. También ha brindado apoyo a 37 proyectos cuyo objetivo es reforzar la coexistencia pacífica entre la población de refugiados, desplazados libios, retornados y las comunidades de acogida, a través de, por ejemplo, la rehabilitación de infraestructura de interés social como centros de salud y educativos.

ACNUR se hace eco del llamamiento del Secretario General de la ONU, António Guterres, que urge a las partes en conflicto en todo el mundo a dejar las armas y apoyar la respuesta ante la amenaza de la pandemia del COVID-19.

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