Los graves efectos de la DANA en Valencia, no sólo han logrado movilizar esfuerzos económicos, materiales, y humanos nacionales, sino que también han despertado el apoyo de distintos actores internacionales, vislumbrando la importancia de la solidaridad entre los pueblos como un mecanismo de resiliencia. No ajena a este panorama, y profundamente motivada por la empatía que surge al vivir en primera persona situaciones de crisis humanitaria continuada, nuestra socia palestina PARC (Palestinian Agricultural Development Association – Asociación Palestina para el Desarrollo Agrícola) contactó con ACPP para mostrar su preocupación, ofrecer su apoyo absoluto y comunicar una decisión colectiva de sus trabajadores y trabajadoras: realizar una donación en apoyo al pueblo valenciano desde su fondo de solidaridad, una reserva económica de la organización destinada a causas sociales, y financiada directamente a través de una deducción periódica de un porcentaje del salario de cada trabajador. Así, el pasado mes de diciembre hicieron efectiva una donación de 5.000 euros para apoyar las labores de la Fundació Horta Sud en las comunidades más afectadas por las inundaciones.
El papel de la Fundació es el de acompañar a las asociaciones, y a las personas que las conforman, en su proceso colectivo de reconstrucción social. Identificando sus necesidades principales y dotándolas de las herramientas requeridas para potenciar al máximo sus retos y proyectos. Adicionalmente, ha tenido un rol clave en la respuesta inmediata a las comunidades con su Campaña #SeràHortaSud, con el fin de reconstruir la vida social de l’Horta Sud a través del tejido asociativo desprendido de la DANA.
PARC por su parte, es una Asociación que trabaja desde hace más de 40 años por el empoderamiento socioeconómico y el fortalecimiento de la resiliencia de las comunidades rurales palestinas, priorizando a su vez, el trabajo con organizaciones comunitarias que buscan ser un altavoz de las personas y asociaciones que han perdido la suya. Además, moviliza y desarrolla las capacidades de las personas rurales para que puedan tomar control y gestionar sus propios recursos, a través del acompañamiento de equipos profesionales en el sector y voluntarios comprometidos con las causas que lideran.
Cabe destacar que, desde el estallido del conflicto en Gaza hace más de un año, PARC ha trabajado incansablemente a lo largo de la Franja, distribuyendo cerca de 3 millones de suministros de ayuda humanitaria entre todas sus gobernaciones, se destacan bienes esenciales como alimentos, agua, mantas, ropa o refugios destinados a la población desplazada.
En materia de seguridad alimentaria PARC ha contribuido a garantizar el acceso a alimentos sanos para más de 1 millón de personas, por medio de la entrega de aproximadamente 200 mil comidas calientes; 180 mil kits de alimentos, 13 mil cupones canjeables en comercios locales por alimentos saludables básicos; y alrededor de 500 kits nutricionales para bebés, quienes son especialmente vulnerables en este contexto. Así mismo, en relación al acceso al agua y el saneamiento, PARC ha atendido a cerca de 1 millón de personas a través de la distribución de más de 70 mil m3 de agua, 30 mil kits de higiene, 2 mil kits de dignidad con compresas y toallitas higiénicas para mujeres y adolescentes, y la instalación de cerca de 100 baños para proporcionar privacidad a unas 150.000 personas.
Una mirada de la cooperación valenciana en Palestina
A lo largo de los años, instituciones como la Generalitat Valenciana, la Diputación de Valencia, el Ayuntamiento de Valencia, el Ayuntamiento de Castellón, entre otras, han demostrado su solidaridad con el pueblo palestino a través de la financiación de numerosos proyectos de cooperación internacional, acción humanitaria y emergencias. Particularmente, de la mano de la delegación de ACPP en País Valencià, estas instituciones valencianas han apoyado además de la labor de PARC, el trabajo de otras socias palestinas, en temáticas relacionadas principalmente con la transformación social, la seguridad alimentaria, la mejora de la eficiencia hídrica, la promoción de los derechos y la dignidad especialmente de las mujeres palestinas, entre otras.
El apoyo a estas iniciativas no sólo ha ayudado a fortalecer el tejido social palestino, y la capacidad de las organizaciones palestinas para contribuir a la garantía de los derechos humanos en Gaza y Cisjordania, sino que también ha tenido un impacto relevante en la construcción de puentes entre el pueblo palestino y el español, materializados en actividades conjuntas como intercambio de prácticas y saberes entre mujeres cooperativistas, viajes de voluntarias valencianas a territorio palestino, y la visita de trabajadores de socias palestinas al País Valencià. Hoy vemos que este apoyo no ha pasado desapercibido.
Conscientes de estos vínculos históricos, y profundamente agradecidos por el apoyo recibido en los últimos años, esta donación de PARC recuerda que los lazos de solidaridad entre pueblos generan una resiliencia colectiva que cruza fronteras, y que en momentos difíciles, apoyarse unos a otros permite sobreponerse, incluso a los contextos más deshumanizantes. En definitiva, demuestra que la solidaridad mueve solidaridad. Junto a su donación, PARC envió una carta a Valencia, en la que señala:
“Aún mientras nuestro pueblo sufre por la crisis en Palestina, especialmente las terribles circunstancias en Gaza, nos solidarizamos con ustedes, con compasión y apoyo en este momento tan difícil. Enviamos nuestras más sentidas condolencias a las familias cuyos seres queridos han fallecido o continúan desaparecidos, y les deseamos una pronta recuperación y resiliencia para superar este desastre”.
La solidaridad del pueblo palestino con el español, en un momento tan crítico, es una lección que debemos visibilizar. Especialmente a la hora de dignificar y poner en valor las políticas públicas de cooperación internacional y acción humanitaria que, a menudo son criticadas desde determinados discursos de odio. En Palestina, la palabra “sumud” representa la resistencia y la resiliencia frente a la adversidad. Hoy, ese mismo espíritu inspira un gesto de solidaridad internacional: apoyar a Valencia tras la DANA, recordando que la resiliencia se construye con apoyo mutuo.