La fundación Fontilles, organización española sin ánimo de lucro referente en la lucha contra la lepra, ha reorientado y aumentado la intensidad de sus quince proyectos de cooperación en India para evitar que el confinamiento de la población decretado por el gobierno para frenar la expansión del COVID-19 derive en un abandono del tratamiento por parte de las personas afectadas por la enfermedad, en un agravamiento de su situación de empobrecimiento y exclusión, en un aumento de los contagios o incluso, en un incremento de la mortalidad en dicho colectivo. «Existe el riesgo de que la situación se convierta en un drama sanitario y económico para las personas de lepra, uno de los colectivos más vulnerables del país», ha alertado el coordinador de proyectos de cooperación de la entidad, Eduardo de Miguel.
Con 120.334 nuevos casos de lepra detectados en 2018, último año del que se dispone de información, India es el país con una mayor incidencia de la enfermedad y concentra el 57% de los 211.182 nuevos registros comunicados por los estados a la Organización Mundial de la Salud. Ello es consecuencia de la situación de empobrecimiento en la que vive buena parte de la población, que, según de Miguel, «se ha visto agravada por la reclusión forzosa».
El confinamiento, por un lado, «impide que las personas afectadas por lepra se desplacen para conseguir su tratamiento», de dos pastillas diarias durante un año, lo que, a su vez, «puede a ocasionar un aumento de las recaídas en la enfermedad». Por otro, «obliga a la reclusión forzada en infraviviendas de escasas dimensiones y sin conexión con la red de saneamiento», lo que «puede traducirse en una multiplicación de los contagios». Además, «la presencia de úlceras abiertas en personas afectadas por lepra diagnosticadas de manera tardía aumenta las posibilidades de infección por el coronavirus», de cuya acción más severa «son especialmente vulnerables como consecuencia de la debilidad de su sistema inmunológico». Por último, dado que el 80% de la población activa del país trabaja en el mercado informal, la imposibilidad de salir de sus viviendas «les va a privar de su sustento, sin posibilidad de acceder a ninguna prestación».
Mediante fondos propios o a través de financiación externa pública y privada, Fontilles desarrolla en el país quince proyectos de detección de la lepra, tratamiento de nuevos casos, prevención de la discapacidad, rehabilitación física y socioeconómica, formación de personal sanitario, apoyo educativo, y promoción del derecho de la mujer a la participación y al empleo digno. Como consecuencia de la nueva situación, la entidad, a través de sus socios locales, ha reorientado los proyectos a, por un lado, facilitar la continuidad de los tratamientos contra la lepra y, por otro, colaborar en la lucha contra la pandemia del COVID-19 suministrando alimentos y garantizando el derecho a la atención sanitaria a familias sin recursos y personas que viven en la calle. La acción de la fundación en el país se desarrolla, sobre todo, en zonas rurales y urbanas de los distritos de Bangalore y de Ramanagaram (estado de Karnataka), de Koraput (estado de Orissa), de Chittoor, de Vizianagaram, de Ranga Reddy, de Krishna y de Srikakulam (estado de Andrha Pradesh), de Hyderabad (estado de Telengana), de Khargone y de Indore (estado de Madhya Pradesh) y de Surat (estado de Gujarat).
La fundación Fontilles
La fundación Fontilles es la entidad española referente en la lucha contra la lepra desde la apertura en 1909 del sanatorio San Francisco de Borja en el municipio de la Vall de Laguar (comarca de la Marina Alta, Alicante), en el que a lo largo de su historia recibieron atención 3.000 pacientes. Además, desde 1986 desarrolla proyectos de cooperación internacional con el objetivo de acabar con la lepra y sus consecuencias, especialmente en niños y niñas, así como con el resto de enfermedades olvidadas ligadas a la pobreza, y apoyar el desarrollo sostenible de las poblaciones afectadas.
Las diferentes iniciativas internacionales de la entidad ayudan a combatir la lepra, la filariasis linfática, la leishmaniasis cutánea, la malaria y otras enfermedades ligadas a la pobreza en nueve países de Asia (India y Nepal), África (Mozambique y Etiopía) y América Latina (Bolivia, Argentina, Brasil, Nicaragua y Honduras).
En España, la entidad desarrolla su actividad en el complejo sociosanitario San Francisco de Borja, evolución del antiguo sanatorio, en el que dispone del Hospital Ferris, centro hospitalario de media y larga estancia; del centro geriátrico Borja, especializado en la atención de personas mayores con algún grado de dependencia; y del propio sanatorio, centro nacional de referencia en lepra, que acoge a 20 residentes con secuelas de la enfermedad y da tratamiento ambulatorio a 13 pacientes en colaboración con la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública. En todas las instalaciones se han extremado las medidas de seguridad e higiene con motivo de la pandemia del COVID-19 y se han implementado los protocolos establecidos por las administraciones.