Farmamundi y Valencia Acoge impulsan las bibliotecas humanas para hablar de salud y derechos

Hasta el momento, ambas entidades han puesto en marcha tres bibliotecas humanas, en el Centro profesional PAX, la Facultad de Podología y la de Enfermería de la Universitat de València. La próxima tendrá lugar esta semana en la Escuela Universitaria de Enfermería La Fe-Valencia. Una propuesta de Farmamundi y Valencia Acoge que reúne a población migrante del barrio de Orriols y profesionales sanitarios con el fin de reivindicar el acceso a la salud global en la ciudad. Hasta el momento, más de 200 personas han podido conocer ya de primera mano la realidad de personas como Fatma.


La historia de Fatma


Esta administrativa de 30 años llegó a España buscando la oportunidad de prosperar. Pero terminó en los invernaderos de fresa en Almería. «Allí trabajan en condiciones inhumanas, las mantienen aisladas y bajo amenaza de perder los papeles si deciden marcharse», explica la responsable del proyecto de educación para el desarrollo en Farmamundi, María Rasal.

La joven senegalesa decidió finalmente marcharse, sabiendo que iba a encontrarse en situación irregular. Volver a su país no era una opción, sino un fracaso. «Personas como Fatma llegan afectadas emocionalmente. No solo hemos de tener en cuenta las diferencias culturales respecto a sus países de origen. Han vivido experiencias muy duras, que las hacen sentirse más vulnerables si cabe», puntualiza Rasal.


Las personas son «libros»


En las bibliotecas humanas cada persona que expone su experiencia es un «libro» que comparte, en el ámbito de la salud, una experiencia que ha tenido en España. Los y las profesionales y estudiantes escuchan, preguntan y cambian de «libro», hasta pasar por todos los grupos. En esta técnica se da protagonismo al titular de derechos, contribuyendo en su proceso de empoderamiento y en el cambio de percepción de los titulares de responsabilidades y obligaciones, participando en la construcción de una ciudadanía activa.

«Actualmente hay un recurso dentro del ámbito profesional para evitar estos problemas que pueden darse entre paciente migrante y personal sanitario. Existe la figura del/la mediador/a intercultural y/o traductor/a, pero lo cierto es que no hay tantas como debieran ni están tan asentadas en todos los centros», detalla la responsable de Farmamundi. Es por ello que acciones como la que han emprendido ambas entidades «son un recurso necesario para poder lograr una transformación social».

«Diálogos interculturales por el derecho a la salud global» es un proyecto de educación para el desarrollo financiado por la Concejalía de Cooperación al Desarrollo y Migración del Ayuntamiento de Valencia que se desarrolla con población migrante en el barrio de Orriols, Valencia. La iniciativa comenzó hace unos meses trabajando con las personas inmigrantes extracomunitarias a través de la realización de grupos focales que pretendían realizar un diagnóstico colectivo sobre la visión de la salud desde sus propias experiencias. En estas sesiones, recibieron formación sobre derechos, salud global y los Objetivos de DesarrolloSostenible, desde la equidad de género y la interculturalidad.

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