Ecuador: «El calor, el miedo, los mosquitos y la falta de agua y alimentos golpean a los desplazados por el seísmo en Esmeraldas»

Los 50 albergues improvisados en la provincia de Esmeraldas reciben cada día a más personas que, atemorizados por las réplicas, desean instalarse en un lugar sin amenazas.

Comenzamos las distribuciones de ayuda en esta provincia, la segunda provincia más afectada por el sismo y donde menos ayuda gubernamental ha llegado.

Las piscifactorías de camarones, principal medio de vida de la población, han quedado destruidas.

En el albergue de Salima, perteneciente al cantón de Muisne, alrededor de 500 personas se apiñan en colchones sobre el suelo, bajo plásticos negros que incrementan la sensación de calor durante el día. Muchos no se atreven a volver a sus casas por miedo a las réplicas. “De pronto los perros comenzaron a ladrar sin ningún motivo y, a los pocos segundos, un sonido fuerte zarandeaba la tierra. Todo crujía y vi que la pared ya dañada por el terremoto anterior, se resquebrajó como si la hubiera partido un rayo” -así recuerda Nora Macías, viuda con cinco hijos- la tarde del 20 de abril: “de milagrito que no me cayó encima. Agarré a mi bebé y salí corriendo de la casa. Grité con todas mis fuerzas llamando al resto de mis hijos, pero por suerte estaban en la cancha jugando”.

Se estima que hay 9.500 personas desplazadas en Esmeraldas desde que el terremoto sacudió Ecuador el pasado sábado 16 de abril y las 541 réplicas registradas por el Instituto Geofísico en las siguientes 90 horas. El calor, la falta de agua potable, la escasez de alimentos, el hacinamiento y las recurrentes picaduras de mosquitos hacen muy difíciles las condiciones para estas personas. Se teme que el rápido deterioro de las condiciones derive en un problema de salud.

Tras realizar las primeras evaluaciones en Esmeraldas (la segunda provincia más afectada por el seísmo después de Manabí y donde menos ayuda gubernamental ha llegado) Acción contra el Hambre comenzará hoy la distribución de kits de higiene, filtros potabilizadores de agua y mosquiteras. Asimismo, se distribuirán tanques de agua, cisternas, depósitos y puntos de agua segura para garantizar el abastecimiento en las concentraciones de población.

BABYTENTS PARA VOLVER A NUTRIR

Nicol Noel, de 16 años y embarazada de 9 meses, vive en el albergue de Salima, después de que su casa quedase reducida a escombros. Ella y otras decenas de mujeres y niños necesitan con urgencia lugares seguros en los que puedan disfrutar de cierta intimidad. Acción contra el Hambre está planificando el equipamiento necesario para montar baby tents, donde madres y niños recibirán apoyo psicosocial para afrontar el impacto de la catástrofe.

CULTIVO DE CAMARONES, MEDIO DE VIDA DE LA POBLACIÓN, INTERRUMPIDO

En las localidades de Bolivar, Daule y Salima, pertenecientes al cantón de Muisne, el 50% de la población se dedica a la cría del camarón. Pero debido a la destrucción que ha planchado la zona turística de la costa ecuatoriana, en la que había una fuerte demanda de este producto, esta industria ha quedado interrumpida. La cadena de distribución se ha visto paralizada, además de que de las 10.000 hectáreas con piscinas camaroneras se han visto afectadas en un 10%. Los crustáceos han escapado y con ellos los medios de vida de decenas de personas para las que constituían su principal ingreso económico. Para recuperarlo no basta con arreglar las piscinas, sino que también hay que repoblarlas, sin embargo el ciclo de reproducción del camarón tarda entre tres y cuatro meses. De modo que “más allá de la emergencia, en el proceso de recuperación, esta población puede ver destruida su principal fuente de ingresos”, asegura desde Esmeraldas, Maximiliano Verdinelli, responsable de seguridad alimentaria del Equipo de Emergencia de Acción contra el Hambre. Paralelamente a la respuesta de emergencia para cubrir la necesidad de agua, higiene de los afectados Acción contra el Hambre ha puesto en marcha proyectos encaminados a recuperar cuanto antes sus medios de subsistencia.

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