Las cifras del informe AidWatch 2024 retratan una historia alarmante. Hace 50 años, los países “económicamente avanzados” se comprometieron a destinar el 0,7% de su Renta Nacional Bruta a la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD). Cinco décadas después, los fondos europeos destinados a tal fin siguen siendo claramente insuficientes. La media se sitúa en un 0,51%. Esta cifra se suma a una tendencia de décadas de infrafinanciación que, según los datos del informe, ha hecho que los países que debían haber recibido esos fondos hayan perdido más de 1,5 billones de euros desde que se firmó ese compromiso, en 1975.
Las declaraciones del candidato a comisario de Asociaciones Internacionales, Jozef Síkela, hacen temer una tendencia creciente hacia una postura que entiende la cooperación no como una política de justicia global, sino como un modo de:
“garantizar la seguridad económica de Europa, la diversificación de materias primas y la apertura de nuevos mercados para las empresas europeas”.
Pero esto es solo una parte de la historia. Las cifras generales ocultan otro dato muy preocupante: más de 18.900 millones de euros declarados por los países europeos como AOD no lo son en realidad. Más de uno de cada cinco euros no contribuyen al desarrollo de los países receptores, sino a los intereses comerciales o políticos de los países donantes. El Informe AidWatch considera que se corre un riesgo elevado de que las decisiones en materia de cooperación “respondan a los propios intereses comerciales o políticos de los Estados de la UE”.
Esta situación afecta también a las instituciones de la UE que contemplan más de 4.000 millones de euros como cooperación cuando en realidad no responden a los criterios establecidos para considerarla como tal. Las declaraciones del candidato a comisario de Asociaciones Internacionales, Jozef Síkela, hacen temer una tendencia creciente hacia una postura que entiende la cooperación no como una política de justicia global, sino como un modo de “garantizar la seguridad económica de Europa, la diversificación de materias primas y la apertura de nuevos mercados para las empresas europeas”.
El informe también pone la atención en una cuestión preocupante: los beneficios de la cooperación corren un grave riesgo puesto que otras políticas de los Estados europeos no contribuyen al desarrollo, la paz, la garantía de los derechos humanos, la igualdad entre hombres y mujeres o la protección del planeta. Esta situación se entiende de manera muy clara cuando observamos las causas de los procesos migratorios: la responsabilidad de los países europeos en la emergencia climática, los conflictos o la escasez de recursos debería guiar las decisiones políticas en un momento en el que Europa se plantea la instauración de campos de reclusión de personas migrantes fuera del territorio europeo.
Margen de mejora para España
El reciente anuncio del Gobierno sobre el techo de gasto, ubicado en un 3%, hace temer que el necesario incremento en los fondos de cooperación pueda peligrar frente a otros compromisos, como el gasto militar que puede superar el 2%.
Como elemento positivo el porcentaje de “ayuda inflada”, es decir, aquella que no contribuye realmente al desarrollo, ha descendido significativamente (pasa de estar por encima del 25% a un 8%). Los fondos destinados a cooperación deben avanzar ya hacia el 0,7% comprometido por Ley. Ese crecimiento debe asentarse en bases sólidas como el fortalecimiento de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo y el aumento de partidas que contribuyen de manera efectiva al desarrollo, como aquellas destinadas a la construcción de la paz, la justicia de género o la protección del planeta.
Conferencia de Financiación para el Desarrollo: oportunidad para un giro de timón
A pesar de tal contexto, existen razones para la esperanza. El próximo año, Sevilla acogerá la IV Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo, diez años después de la anterior, celebrada en Addis Abeba en 2015. Será una excelente oportunidad para revisar los compromisos y ajustarlos a los enormes desafíos mundiales que enfrentamos. Vivimos el mayor número de conflictos desde la II Guerra Mundial, la emergencia climática supone gravísimas consecuencias para millones de personas, las democracias se debilitan y los valores que vieron nacer a la UE se tambalean. Hacer frente a todo ello desde la cooperación y la construcción de políticas económicas, comerciales, migratorias… que garanticen los derechos humanos, la protección del planeta y la paz es fundamental.
Recomendaciones en un contexto de múltiples crisis
ESPAÑA
- Alcanzar el 0,4% de la RNB en 2025; al menos, el 0,55, en 2027; y el 0,7% en 2030.
- Fortalecer los enfoques feministas, ecologistas, decoloniales, de paz y de educación para la ciudadanía global.
- Fortalecer a la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo con fondos, capacidades y en su estructura.
- Poner en marcha el VI Plan Director de la Cooperación Española y completar la reforma del sistema garantizando la participación de la sociedad civil.
- Jugar un papel ambicioso y facilitador en la IV Conferencia de Financiación para el Desarrollo de 2025, en Sevilla.
EUROPA
- Cumplir los compromisos y alcanzar el 0,7% para cooperación.
- Dejar de contabilizar como Ayuda Oficial al Desarrollo lo que no es.
- Garantizar que todas las actuaciones contempladas como cooperación contribuyen a disminuir la pobreza, a fomentar la igualdad, la protección de los derechos humanos, la paz, etc.
- Destinar financiación adicional a cuestiones climáticas.
- Aumentar las donaciones y no sustituirlas por préstamos.
La IV Conferencia de Financiación para el Desarrollo tendrá lugar en Sevilla, del 30 de junio al 3 de julio. Los debates y acuerdos que se tomarán en esta Conferencia serán fundamentales para temas clave como la arquitectura financiera internacional, la deuda, la fiscalidad, la ayuda oficial al desarrollo, los enfoques transversales como los feministas y de derechos humanos, aspectos ambientales, ciencia y tecnología, y otras cuestiones sistémicas serán clave en los próximos años.