Cáritas Diocesana de Valencia advierte sobre la mayor vulnerabilidad de las mujeres y la feminización de la pobreza

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, Cáritas Diocesana de Valencia hace un llamamiento a la sociedad, a las administraciones públicas y a la comunidad cristiana para que se refuerce la atención a este colectivo, toda vez que constata, a través de sus proyectos, su mayor vulnerabilidad y la creciente feminización de la pobreza.

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, Cáritas Diocesana de Valencia hace un llamamiento a la sociedad, a las administraciones públicas y a la comunidad cristiana para que se refuerce la atención a este colectivo, toda vez que constata, a través de sus proyectos, su mayor vulnerabilidad y la creciente feminización de la pobreza.

La entidad, donde más del 70% de las solicitudes de ayuda son presentadas por mujeres, destina una buena parte de sus esfuerzos a proyectos específicos con el objetivo de conseguir el desarrollo integral de la mujer. Así, a través de Jere-Jere, programa destinado al acompañamiento de mujeres prostituidas, se atendió a 223 mujeres durante en 2015, y a día de hoy siguen recibiendo ayuda en la sede de la institución, en materias como salud, formación, y aspectos laborales y jurídicos. Del mismo modo y con motivo de este Día Internacional, se han organizado talleres desde la perspectiva de los Derechos Humanos y se ha preparado una salida para participar en los actos previstos en la ciudad por la celebración.

De la misma manera, las Cáritas parroquiales acogen un total de 38 proyectos que se coordinan a través del Programa de Familia e Infancia. En ellos se generan procesos de promoción y desarrollo integral de las mujeres y menores en riesgo de exclusión social, la inserción sociolaboral y socioeducativa. En dicho programa más de 350 mujeres recibieron apoyo durante el 2015, de igual manera que se atendieron a más de 395 niñas.

Cáritas Diocesana de Valencia trabaja principalmente desde el acompañamiento a los procesos de crecimiento de las personas y las comunidades. Considera este modelo una de las mejores herramientas para la inserción sociolaboral y la lucha por la igualdad de las mujeres y las niñas.

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