Fuente: Ayuda en Acción
Las plagas de langostas suponen una amenaza histórica para los cultivos mundiales. Lo preocupante en esta ocasión es su capacidad destructiva, que puede agravarse por los efectos del cambio climático, especialmente por la subida de las temperaturas y las intensas lluvias.
Plaga de langostas en Etiopía
Hace más de 10 años que Etiopía no vive una plaga de estas dimensiones. El país comenzó su respuesta en julio de 2019 y las zonas más afectadas hasta el momento son las regiones orientales de Harar y Somali, así como el sur de Oromía.
Según informa el director de Ayuda en Acción en Etiopía, Roberto Giuliotto, existe una población de langostas en las zonas donde trabaja nuestra ONG. La infestación no es severa por el momento en los proyectos de Wolaita y Arsi, pero hay preocupación en los proyectos en Borena, así como a nivel nacional, pues se trata de un fenómeno de envergadura regional. «Esta es la segunda generación de langostas procedentes de Kenia y se espera que lleguen hasta la sexta generación, duplicando la población de insectos y afectando a nuevos territorios si no se controla de forma adecuada», indica Giuliotto.
«Estamos constantemente monitoreando la situación y coordinándonos con las instituciones gubernamentales y otras organizaciones en las acciones de preparación y control en torno a la plaga», añade. «Nuestro análisis se está centrando en el posible impacto que las langostas pueden tener sobre la producción, seguridad alimentaria y medios de vida de las familias».
Riesgos de las plagas de langostas
Este tipo de plagas migratorias se desplazan a gran velocidad. Se calcula que las nubes de langosta pueden llegar a recorrer 150 kilómetros en un solo día. Como consecuencia, lo que hoy están viviendo principalmente Kenia, Somalia, Etiopía y Uganda es un problema de ámbito regional.
A la rápida propagación hay que añadir, además, el efecto devastador de estos insectos: 1 km cuadrado de enjambre es capaz de devorar el equivalente a lo que pueden comer en un día 35.000 personas.
Una gran parte de la población de estos países subsiste gracias a la agricultura y la ganadería. Su situación de pobreza e inseguridad alimentaria podría verse altamente agravada si las plagas destrozan sus escasos medios de vida. Solo en Etiopía, se estima que hay más de 25 millones de personas, sobre todo niños y niñas, expuestas a la inseguridad alimentaria y desnutrición relacionadas con el impacto de las langostas.
Relación de las plagas con el cambio climático
Naciones Unidas ya ha destacado el vínculo entre el cambio climático y esta crisis sin precedentes. Como ha explicado su Secretario General, António Guterres, la subida de las temperaturas está generando más ciclones en el Océano Índico, creando así «el caldo de cultivo perfecto» para las langostas. Si a esto se suman las lluvias inusualmente fuertes de esta temporada y las que se esperan para la época lluviosa, la magnitud del brote a nivel regional podría ser en junio hasta 500 veces mayor que la actual.
Desde Ayuda en Acción seguiremos trabajando junto a la población etíope para evaluar la situación y responder eficazmente a las familias más vulnerables.