El Ayuntamiento de Alicante aprobó el pasado martes los presupuestos municipales más altos de la historia del consistorio, alcanzando la cifra de 359,26 millones de euros, lo que supone un incremento de 27,8 % con respecto al último aprobado en 2022. Sin embargo, este incremento presupuestario no se ha traducido en una apuesta por la política municipal en materia de cooperación, que ha sido eliminada en el caso de las ayudas a proyectos de cooperación, y consignada en 1 € para aquellas acciones de ayuda humanitaria y educación para el desarrollo.
A pesar de las denuncias reiteradas de las ONGD y de las sucesivas crisis globales que han hecho aumentar la pobreza extrema por primera vez en más de dos décadas, la inversión en solidaridad por parte del consistorio alicantino queda prácticamente desmantelada. Una situación que contrasta con el hecho de que Alicante fue una de las ciudades valencianas pioneras en cooperación internacional ―poniendo en marcha su programa municipal de cooperación hace 29 años―, y que da cuenta de la falta de compromiso del gobierno local por el cumplimiento del objetivo marcado por la legislación autonómica y estatal de alcanzar el 0,7 % de los presupuestos para cooperación internacional en 2030.
Además se suma la incoherencia respecto a la política de promoción local de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la cual el Ayuntamiento dice impulsar manteniendo, incluso, una comisión municipal de seguimiento de la Agenda Alicante 2030.
Más necesario que nunca
Como consecuencia, quedan sin inversión las partidas presupuestarias destinadas a la realización de proyectos de cooperación internacional, acción humanitaria y educación para el desarrollo de las ONGD alicantinas. En todos estos años el Ayuntamiento de Alicante y las entidades han impulsado cientos de proyectos de desarrollo y de lucha contra la pobreza, con avances como la reducción de la desnutrición crónica, la explotación infantil, la explotación sexual o la mortalidad materno infantil para miles de personas. Asimismo, se han promovido cientos de procesos de educación y sensibilización sobre las causas de la pobreza y la desigualdad en la misma ciudad de Alicante a través de iniciativas de educación y sensibilización.
“Estos son los tipos de proyectos que se han eliminado de los presupuestos municipales el actual gobierno municipal del Ayuntamiento de Alicante. Estamos convencidos de que, con las decisiones que han tomado estos cuatro años, no han estado a la altura de los retos globales que son una amenaza para la vida y la convivencia en nuestro planeta, ni han estado a la altura de los sentimientos de solidaridad de los vecinos y las vecinas de Alicante, que han respondido con creces a emergencias como la de Ucrania y la del terremoto en Turquía. Nunca hemos entendido por qué el Ayuntamiento se ha negado a impulsar algo que cuesta tan poco”, explica Paloma Jiménez, portavoz en Alicante de la Coordinadora Valenciana de ONGD.
La Coordinadora ha denunciado en los últimos años de forma reiterada no solo este progresivo desmantelamiento de la política municipal de cooperación, sino los problemas de gestión del ayuntamiento por falta de voluntad política y personal especializado. Con todo, pedimos al Ayuntamiento de Alicante que rectifique y que vuelva a impulsar las políticas de cooperación internacional, al tiempo que se convoque el Consejo Asesor de Cooperación del consistorio para analizar la cuestión y que se pronuncie. Además, se ha solicitado una reunión institucional con el alcalde y la concejala de Derechos Públicos.