Mucho menos de lo que cuesta una entrada de cine -apenas 6,19 euros por persona y año- es lo que dedicó a cooperación internacional la Generalitat Valenciana en 2019, el último año del que se cuenta con cifras completas de ejecución presupuestaria, según los datos hechos públicos hoy por la Coordinadora Valenciana de ONGD. Las cifras forman parte del “Informe sobre la Ayuda Oficial para el Desarrollo autonómica. Datos de ejecución 2018 – 2019” que ha elaborado la Red de Coordinadoras Autonómicas de ONGD.
Esa cuantía, aunque pequeña, sitúa a la Comunitat Valenciana en el cuarto puesto a nivel estatal en cuanto a inversión per cápita en cooperación (según los datos de presupuestos ejecutados), superada ampliamente por Euskadi, que dedica 20,83 euros al año por persona, Navarra (11,38 euros) y Extremadura (11,51 euros). En cuanto al presupuesto aprobado, la Comunitat ha alcanzado un total de 34,9 millones de euros para cooperación internacional en 2021.
Lejos de cifras históricas
El informe sobre la Ayuda Oficial al Desarrollo en España – el más exhaustivo de este tipo realizado a nivel estatal- hace hincapié en lo lejos que está la cooperación descentralizada de alcanzar los niveles históricos que registró antes de la crisis económica de 2008, y lo más lejos que está aún del cumplimiento del compromiso del 0,7 %. De hecho, señala que sólo cuatro de las 17 Comunidades Autónomas han recuperado más de la mitad de la cuantía que destinaban a cooperación antes de aquel año.
En el caso de la Comunitat Valenciana, a pesar del importante esfuerzo realizado en los últimos años para recuperar la inversión en cooperación, los 30,9 millones de euros ejecutados en 2019 apenas suponen el 48% del total ejecutado en 2008, que fue de 64,8 millones de euros.
“Es lamentable que las Comunidades Autónomas no aprovecharan los años de recuperación económica para volver, al menos a los niveles de Ayuda Oficial al Desarrollo previos a la crisis, pero en estos momentos, con una pandemia que está haciendo retroceder a muchas regiones del mundo a niveles de pobreza extrema desconocidos desde hace 20 años, es imprescindible que se avance de una vez hacia el 0,7% de los presupuestos para cooperación”, explica Lourdes Mirón, presidenta de la Coordinadora Valenciana de ONGD.
“Este estudio muestra que, en realidad, estamos hablando de inversiones muy bajas, que no suponen un gran esfuerzo presupuestario pero que son imprescindibles para que decenas de miles de personas excluidas puedan llevar una vida mínimamente digna. Necesitamos un nuevo impulso para hacer frente a los efectos de la pandemia y para cumplir con los compromisos internacionales de la lucha contra la pobreza y la desigualdad”, añade Mirón.
Ejecución presupuestaria
El nivel de ejecución de los presupuestos que se aprueban en Les Corts es una de las principales diferencias de la cooperación valenciana en comparación con otras comunidades. En 2018, se invirtió realmente el 91% del presupuesto aprobado, y en 2019 esa cuantía subió al 94,8%. Pese a ser un porcentaje alto, la Comunitat Valenciana se sitúa en el furgón de cola de las comunidades autónomas, sólo por delante de Aragón, Asturias y Cataluña. Una de las recomendaciones del informe es que se habiliten las medidas necesarias para que la ejecución alcance el 100 %.
Reforma de los instrumentos de cooperación
Precisamente para mejorar la capacidad de gestión, simplificar trabas burocráticas y mejorar la eficacia, la Generalitat, las ONGD y otras entidades de la sociedad civil están impulsando un rediseño de los principales instrumentos de la cooperación valenciana, centrada en la reforma de la normativa de concesión de subvenciones recientemente aprobada en el Consejo Valenciano de Cooperación, y en la elaboración del nuevo Plan Director de la Cooperación Valenciana para los próximos 4 años.
Más transparencia
El informe también pone de manifiesto las dificultades para acceder a los datos sobre inversión en cooperación internacional y la falta de criterios homogéneos entre las Comunidades Autónomas para la contabilización de estas partidas. En este sentido, apunta una serie de recomendaciones para mejorar la transparencia, la comunicación y la rendición de cuentas.
Consulta aquí el informe completo.