Las mujeres suponen el 68% de las personas que trabajan en cooperación en las ONGD que tienen presencia en la Comunitat Valenciana, según la encuesta realizada por la Coordinadora Valenciana de ONGD en la que han participado casi medio centenar de entidades. En el Día de las Personas Cooperantes, que se celebra hoy en todo el mundo, la Coordinadora llama la atención sobre el importante respaldo social que sigue teniendo la cooperación internacional.
Las ONGD que han participado en la encuesta cuentan con más 476.000 personas socias y donantes, y 38.500 personas voluntarias en toda España. En nuestro país, el voluntariado participa principalmente en acciones de sensibilización, movilización, educación para el desarrollo, comunicación, gestión de proyectos, captación de fondos, asesoría técnica y labores administrativas.
En cuanto a las personas cooperantes voluntarias en el extranjero, que apenas supone un 0,3% del total de voluntariado, participan principalmente en proyectos relacionados con la educación, la defensa de los derechos humanos, los derechos de las mujeres y la salud. Un total de 27 organizaciones ofrecen voluntariado en América y 20 lo hacen en África.
“Puede sorprender que las cifras de voluntariado en otros países es pequeña, pero hay que entender que hoy en día la cooperación trabaja principalmente apoyando a comunidades y asociaciones de los países empobrecidos, para reforzar su trabajo en lo que necesiten pero dejando el protagonismo de la acción a la propia comunidad, para que sean ellas dueñas y responsables de su presente y su futuro”, explica Cristina Ramón, presidenta de la Coordinadora Valenciana de ONGD.
Empleo
Junto a las personas voluntarias que participan en las ONGD, éstas generan 330 puestos de trabajo, de los que el 70% son a jornada completa con contratos indefinidos.
A nivel estatal, las ONGD reclaman una reforma del Estatuto de las personas cooperantes vigente desde 2006, en el marco de la nueva Ley de Cooperación Internacional que está previsto que se apruebe antes de finalizar el año, para dar respuesta en un entorno de trabajo que ha cambiado mucho en estos años.
El nuevo Estatuto debe garantizar la protección del personal humanitario en contextos que son muy inestables o en situaciones de conflicto. Además, debe facilitar los requisitos burocráticos que actualmente dificultan el acceso de cooperantes a las comunidades afectadas por las crisis. En ese sentido, debe fomentar mayor implicación de las Embajadas y de la Cooperación Española para asegurar que la situación migratoria de las personas cooperantes no es ambigua con respecto a la normativa migratoria del país en el que trabajan.
Proyectos de cooperación
Según los datos recopilados en la encuesta realizada en la Comunitat Valenciana, tanto el personal contratado como el voluntariado, junto a centenares de organizaciones locales sacan adelante 299 proyectos en 42 países en los que se invirtieron en 2020 20,4 millones de euros. El país en el que más presencia hay de ONGD con sede central o delegación en la Comunitat Valenciana es Guatemala, seguido de Nicaragua, Colombia y Bolivia en América Latina; y República Democrática del Congo y Mozambique, en África. En Asia, el trabajo se centra en la India.
Un total de 6,29 millones de personas participan y se benefician de los proyectos de cooperación que llevan a cabo las ONGD encuestadas, de las que 4,68 millones son mujeres y niñas (74% del total). Por continentes, África concentra el mayo número de personas que forman parte de los proyectos con 3,75 millones de personas. Le siguen América latina con 1,01 millones de personas, Oriente Próximo con 843.000 personas, Asia con 681.000 personas y Europa con 5.000 personas.
Por ámbitos de actuación, destacan los de acción humanitaria, emergencia y postemergencia en 16 países, seguido de los relacionados con los derechos de las mujeres (28 proyectos en 19 países), la salud (24 en 17 países), con la agricultura (22 proyectos en 16 países), la educación (19 proyectos en 14 países), y actividades económicas, financieras y de comercio justo (18 proyectos en 14 países).
“Estos datos demuestran que la cooperación está cambiando la vida de millones de personas que pueden empezar a disfrutar y defender derechos humanos tan básicos como recibir una educación, tener salud, condiciones de trabajo dignas y participar en la toma de decisiones que les afectan. Siempre decimos que la cooperación es cuestión de justicia, y que es un viaje de ida y vuelta en el que aprendemos y del que nos beneficiamos todas y todos. Por eso ¡tenemos que seguir invirtiendo en ella!», añade Cristina Ramón.
Ingresos
En cuanto a los ingresos de las ONGD participantes, en 2020 ascendieron a 23,9 millones de euros, un 12% menos que en 2019. La causa es la caída de los ingresos provenientes de fondos públicos, que pasaron en las ONGD encuestadas de 20 a 16,9 millones de euros, a pesar del fuerte crecimiento de las necesidades básicas en los países empobrecidos a causa de la pandemia. Sin embargo, la ciudadanía sí estuvo a la altura del reto y mostró su solidaridad con las personas que más sufrieron las consecuencias de la COVID-19, e incrementó sus aportaciones, que pasaron del 6,75 millones en 2019 a 7,06 en 2020.
Por su parte, las ONGD invirtieron en su actividad 23,5 millones de euros en 2020, frente a los 25,8 millones invertidos en 2019. El 75,3% de esos fondos se destinó a proyectos de desarrollo, y el resto se dedicó a gastos de funcionamiento, comunicación y captación de fondos.