MANIFIESTO
Nosotros, las organizaciones abajo firmantes de América Latina y la Unión Europea, nos mantenemos unidos en el rechazo del acuerdo comercial UE-Mercosur. Hacemos un llamado a los responsables políticos de ambos lados del Atlántico para que detengan finalmente este acuerdo comercial tóxico.
Negociado durante más de 25 años a puerta cerrada, este acuerdo comercial obsoleto carece de participación o escrutinio público. Incluso el Defensor del Pueblo Europeo ha criticado la falta de transparencia de la Comisión Europea. La Comisión ahora está considerando cambiar el proceso de votación mediante la “división” del acuerdo, lo que le permitirá eludir los vetos de cada país. Cientos de organizaciones de la sociedad civil y parlamentarios han condenado esta maniobra como un asalto a los procesos democráticos. Peor aún, los grupos más afectados (trabajadores, pequeños agricultores, comunidades indígenas y mujeres) han sido excluidos de la formulación de este acuerdo y, sin embargo, sufrirán sus peores efectos.
Un acuerdo tóxico para las personas y el planeta
Este acuerdo exacerbará el intercambio desigual entre el Sur y el Norte Global, perpetuando las estructuras comerciales neocoloniales. Promueve modelos agrícolas destructivos que desplazan a los pequeños agricultores y a las comunidades indígenas, al tiempo que impulsan las exportaciones de agroquímicos tóxicos de la UE, incluso aquellos que están prohibidos en la UE. Estas prácticas agrícolas insostenibles, incluida la cría industrial, amenazan la soberanía alimentaria y el bienestar animal en ambas regiones.
Los trabajadores de los países del Mercosur sufrirán pérdidas de empleo y empeorarán sus condiciones. Las mujeres perderán aún más en ese sentido, y también serán las más afectadas por la privatización de los servicios públicos promovida a través de los TLC. Los estudios muestran que el acuerdo plantea graves riesgos económicos, profundizando aún más la desigualdad y obstaculizando el desarrollo sostenible y la (re)industrialización en los países del Mercosur.
Ningún anexo medioambiental puede mitigar el daño a largo plazo que infligirá este acuerdo; es un mero lavado verde. El acuerdo UE-Mercosur impulsará la deforestación, exacerbará la crisis climática y alejará a nuestras regiones de la justicia climática.
Sin acuerdo con presidentes de extrema derecha que niegan la crisis climática
Este acuerdo se está negociando con gobiernos liderados por negacionistas de la crisis climática en Argentina y Paraguay, mientras los bosques –como resultado de la deforestación masiva para la agroindustria– se queman y Brasil se ve afectado por sequías sin precedentes .
En Argentina, el autoproclamado anarcocapitalista Javier Milei, miembro activo del movimiento mundial de extrema derecha, ha sumido al país en la miseria. La pobreza se ha disparado a niveles sin precedentes y los derechos básicos están siendo aplastados. Las protestas por la justicia social son reprimidas violentamente, mientras más del 60% de los niños argentinos pasan hambre y servicios esenciales como la educación y la atención sanitaria son destruidos. La combinación de las desastrosas políticas de Milei y este acuerdo comercial obsoleto es una receta para la catástrofe.
La geopolítica no se puede solucionar con acuerdos comerciales neocoloniales
Los políticos que promueven este acuerdo para contrarrestar la influencia de China en la región del Mercosur están atrapados en una ideología de libre comercio que prioriza las ganancias corporativas por encima de las personas y el planeta. Fortalecer los vínculos, si bien es innegablemente necesario, requiere solidaridad, igualdad, cooperación, sostenibilidad y democracia, no profundizar las asimetrías comerciales. Esto es válido no sólo para la UE-Mercosur, sino también para la “modernización” de los acuerdos de libre comercio entre la UE y México y la UE y Chile, que son igualmente problemáticos.
La solución es clara:
Los formuladores de políticas en ambos lados del Atlántico deben honrar sus compromisos sociales, climáticos, ambientales y de derechos humanos y detener estas negociaciones comerciales tóxicas de inmediato.
¡Otro comercio, basado en la solidaridad, la democracia, la cooperación mutua y la igualdad, es posible!
¡Paremos UE-Mercosur YA!
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