Campaña por un Burgos Solidario

La Coordinadora Valenciana de ONGD se une al manifiesto de apoyo a las organizaciones que acogen a personas migrantes en la ciudad y que subraya que las personas nunca son ilegales

Manifiesto

Burgos está consternado. La ciudad, en los últimos días, se encuentra perpleja y desconcertada ante una medida sorprendente por incomprensible. El equipo de gobierno municipal ha manifestado la pretensión de suprimir los convenios que mantiene con tres entidades que trabajan en favor de la acogida e integración de personas inmigrantes en la ciudad de Burgos: Accem, Burgos Acoge y Atalaya intercultural.

Desde amplios sectores de la comunidad burgalesa muchas personas, procedentes de los ámbitos más diversos (culturales, religiosos, profesionales, sociales, sindicales, empresariales, medios de comunicación, etc.) han manifestado su sorpresa y rechazo a esta iniciativa que, se mire desde el punto de vista que se mire, carece de sentido, no aporta nada positivo y de diferentes maneras nos perjudica a todos y a todas.

Burgos no sufre, ni de lejos, los problemas que se aducen para justificar la medida que pretenden. Tenemos un clima pacífico donde las personas convivimos en paz y sin sobresaltos significativos. La llegada de personas migrantes a Burgos no ha generado dificultades que merezcan ser reseñadas porque la mayoría hemos trabajado en la misma dirección: concordia, diálogo, realismo, solidaridad, apertura, acogida… Las entidades afectadas hemos encontrado siempre un gran reconocimiento social por nuestra tarea.

Precisamente por esto, no sólo no está generando problemas la presencia de personas migrantes en Burgos, sino que contribuye poderosamente a hacer una sociedad mejor, más diversa, rica, plural y cohesionada. Si sabemos conciliar la diversidad, como hemos sabido hasta ahora, todos salimos ganando.

De hecho, la inmensa mayoría de la Corporación Municipal ha valorado siempre muy positivamente el trabajo que realizamos, reconociendo públicamente nuestra trayectoria. Esta iniciativa de suprimir los convenios se defiende con argumentos inconsistentes y arbitrarios. Las pocas razones que aducen reflejan un gran desconocimiento de la realidad. Causa estupor y da vergüenza el argumento de que las ONGs contribuimos a la inmigración irregular. Ahora resulta que las víctimas y quienes ayudamos a las víctimas parecemos los culpables.

Sin embargo, parece que, fruto del tacticismo político, podrían llegar a imponer su criterio si no somos capaces de presentar resistencia suficiente y detener esta deriva que daña nuestra convivencia y nuestra cohesión social.

El problema que estamos enfrentando no es sólo la eliminación de unos recursos económicos que sin duda son muy necesarios para mantener el nivel de trabajo actual. El gran problema es que esto es un síntoma de una manera de entender la convivencia y la vida comunitaria empobrecedora. Es preciso subrayar una vez más que las personas migrantes son eso: PERSONAS, y por serlo, nunca pueden ser consideradas “ilegales”, como se dice. Sólo los actos son ilegales, nunca las personas. Hasta esta evidencia desprecian constantemente para despersonalizar a los migrantes.

¡No! Nuestra experiencia nos dice que las PERSONAS migrantes son respetables y dignas, que trabajan y se esfuerzan por salir adelante todos los días, que quieren a sus hijos y desean darles un futuro como cualquiera. Que, en definitiva, son seres humanos, y merecen nuestro respeto, nuestro reconocimiento y nuestra solidaridad. Esto nos hace mejores a todos, más dignos y más respetables. Resulta triste tener que repasar una vez más obviedades como estas, pero por lo visto, sigue siendo necesario.

Estamos en contra de lo que está ocurriendo en las fronteras de Europa, especialmente en el Mediterráneo y estamos prestos a cambiarlo. Pero ¡ojo! no se combate el tráfico de personas con más persecución y más abandono. Se combate con integración, respeto, acogida y con ayudas a los países de origen, no con recortes en la cooperación internacional. Estos problemas evidentes y sangrantes no pueden servir de coartada para aplicar medidas xenófobas y, menos aún, culpar de este tipo de prácticas a entidades que trabajamos en un sentido bien claro y muy distinto.

Para salir adelante en estos tiempos difíciles se requiere inteligencia, iniciativa, creatividad y capacidad. No se resuelven los problemas buscando “chivos expiatorios” a quienes culpar de todos nuestros males. Eso es lo fácil, lo que no requiere esfuerzo ni trabajo y ya se hizo en tiempos pasados, pagando un alto precio por ello. No podemos repetirlo.

Sabemos que no estamos solos. Que son muchas las personas que conocen y valoran el trabajo que realizamos. Las entidades afectadas estamos muy agradecidas a todos los que en estos días nos han manifestado su apoyo.

Este es el verdadero “efecto llamada”: el de la solidaridad, responsabilidad y coherencia. Una prueba fehaciente de que somos un tejido social fuerte, necesario, vertebrado y cohesionado, que da respuesta a las necesidades de una realidad social y migratoria que hoy y siempre va a seguir existiendo.

Formulario de adhesiones.

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