DEBEN COMPROMETERSE LOS FONDOS PARA CUBRIR LAS NECESIDADES BÁSICAS EN SIRIA Y LA REGIÓN, AGRAVADAS POR LA COVID-19

Cada vez más personas en Siria pasan hambre. Alrededor de 9,3 millones de personas padecen inseguridad alimentaria, la cifra más alta jamás registrada.

Fuente: Acción contra el Hambre

  • Diez años después del inicio del conflicto, la amenaza de la COVID-19 en Siria y en los países vecinos se suma a las graves necesidades básicas existentes.

  • El 80% de los ciudadanos sirios vivían por debajo del umbral de pobreza antes de esta pandemia y miles de ellos han perdido desde entonces su fuente de ingresos.

  • Debido a la crisis económica, la alimentación es una fuente importante de preocupación: el 50 por ciento de los libaneses y el 75 por ciento de los sirios estaban preocupados de no tener suficiente comida para comer durante el mes pasado.

  • Acción contra el Hambre insta a la comunidad internacional a garantizar, renovar y mantener los fondos comprometidos para esta crisis.

Madrid, 30 de junio de 2020

Hoy 30 de junio, la Unión Europea y Naciones Unidas presiden la cuarta Conferencia de Bruselas «Apoyar el futuro de Siria y su región». Cuando se inicia el décimo año de conflicto, Acción contra el Hambre advierte que la situación en Siria y en el resto de la región sigue siendo muy crítica: a las graves necesidades humanitarias subyacentes durante diez años de conflicto, se suma la necesidad de responder ante la crisis sanitaria por la pandemia de la COVID-19.

El 80% de los ciudadanos sirios vivían por debajo del umbral de pobreza antes de esta crisis sanitaria y miles de ellos han perdido desde entonces su fuente de ingresos. La crisis económica, política y financiera en el vecino Líbano – donde viven 1,5 millones de sirios y sirias desde 2011- y la espiral inflacionaria en Siria está exacerbando esta situación. “Muchos sirios nos cuentan que se ven obligados a pedir dinero prestado para cubrir sus necesidades básicas y comer menos. Durante nueve años de crisis, han estirado tanto sus medios de vida y los servicios que están a punto de romperse, especialmente en las comunidades desatendidas y sobrecargadas”, declara Manuel Sánchez-Montero, director de Incidencia y Relaciones Institucionales en Acción contra el Hambre.

“En el Líbano, la actual crisis ha llevado a la mitad de la población a estar por debajo del umbral de pobreza. El 70% de los libaneses y el 88% de los refugiados sirios han perdido su trabajo y han tenido una reducción de su salario. La voraz competencia por conseguir un trabajo deriva en tensiones sociales, y como prueba de ello el 56% de los libaneses reconocieron haber percibido un aumento de la tensión social y la violencia.”

Las necesidades básicas son alarmantes
Cada vez más personas en Siria pasan hambre. Alrededor de 9,3 millones de personas padecen inseguridad alimentaria, la cifra más alta jamás registrada. El poder adquisitivo está disminuyendo y los precios se están disparando. Los alimentos básicos son ahora más del 200% más caros en promedio que hace un año.

La mitad de la población siria de antes de la guerra, más de 12 millones de personas, está desplazada por todo el país o refugiada en la región. Las expectativas de regreso a casa de 6,7 millones de desplazados internos y 5,5 millones de refugiados en los países vecinos son inciertas, ya que las oportunidades de empleo son limitadas y, en algunas zonas, las hostilidades continúan.

“El costo de casi un decenio de conflicto en Siria es inmenso. Gran parte de la infraestructura del país ha quedado gravemente dañada o destruida, incluida más de la mitad de los hospitales públicos, una de cada tres escuelas y grandes partes de la red de abastecimiento de agua”, alerta Sánchez-Montero. “Por su parte, en Líbano, debido a la pobreza, dos tercios de los refugiados han visto reducidas las porciones de comida y el 74% directamente se las salta. Más de un tercio de los adultos restringen su consumo de alimentos para que sus hijos puedan comer”.

Más de 5,5 millones de personas necesitan algún tipo de asistencia para refugiarse. Se estima que casi 2,5 millones de niños y niñas no van a la escuela. Más de 15 millones de personas necesitan apoyo en materia de agua, saneamiento e higiene. “Desde Acción contra el Hambre, entre otras muchas organizaciones humanitarias y agentes de respuesta, estamos tratando de garantizar la continuidad de la prestación de servicios a las personas con necesidades básicas, independientemente de las zonas de control. Realizamos tanto intervenciones de emergencia para salvar vidas, como para atender las necesidades básicas de las personas y comunidades vulnerables. Ya sea a través de la entrega de camiones cisterna o la rehabilitación de sistemas de agua segura”, añade Chiara Saccardi, responsable geográfica para Oriente Próximo en Acción contra el Hambre.

Acción contra el Hambre insta a garantizar la financiación
Los fondos comprometidos por los Estados miembros en la conferencia de Bruselas de este año para apoyar a Siria y a la región deberían permitir a los agentes humanitarios hacer frente a los efectos inmediatos de COVID-19, al tiempo que se continúan los programas que abordan las necesidades existentes y subyacentes. “En un contexto de crisis prolongada, es esencial el apoyo a la capacidad de recuperación y la programación de la recuperación temprana para la transición hacia una ayuda más digna, sostenible y eficaz en función de los costos”, advierte Sánchez-Montero.

El Plan de Respuesta Humanitaria de este año está financiado actualmente solo en un 27%. En la conferencia celebrada el año pasado en Bruselas, la comunidad internacional comprometió un total de 7000 millones de dólares de EEUU en apoyo de las actividades humanitarias, de resiliencia y de desarrollo en 2019 para la respuesta a la crisis de Siria. “En un contexto de contracción económica mundial, es fundamental que la comunidad internacional mantenga y renueve esas promesas para asegurar que no se olvidan de los que corren más riesgo”, remata.

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